El desafío independentista

Autonómicas el mismo día que la consulta

La Razón
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El Gobierno español tiene un minucioso plan para evitar el referéndum. El Gobierno catalán tiene un plan minucioso para realizarlo. Ayer, ambos ejecutivos mantuvieron sus pulsos. Mientras el Gobierno de Carles Puigdemont aireaba que tiene un sistema capaz para cobrar todos los impuestos a partir del 1 de junio, el Ejecutivo de Mariano Rajoy lanzaba de nuevo su mensaje: «No se puede celebrar un referéndum ilegal», con el aliño de que se tomarán medidas para evitarlo. Es la primera vez que el Gobierno dice claramente que los colegios electorales no podrán abrir. No lo harán porque el Gobierno español podría tomar el control de algunas competencias de la Generalitat aplicando el artículo 155. Las de educación estarían entre ellas, así como el control de los Mossos d’Esquadra. Este plan del Gobierno ha sido realizado por los ministerios de Presidencia, Educación, Interior y Justicia.

El Gobierno catalán, por su parte, reunió ayer al Pacto Nacional por el Referéndum para validar su proyecto. Acuerdo de mínimos entre todas las partes haciendo énfasis en que la consulta es deseada por los catalanes y que se harán los esfuerzos para acordarla con el Estado, apuntando de inmediato que este acuerdo es un oxímoron por la escasa voluntad de pacto del Gobierno de Rajoy. La gran ausente de esta reunión es la fecha de este hipotético referéndum. Es en este punto donde el mundo soberanista se divide. Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, quiere un referéndum acordado y sin prisas. La CUP lo quiere ya advirtiendo a los ciudadanos catalanes de que este proceso no será pacífico, en palabras de su líder, Anna Gabriel. Puigdemont sigue manteniéndose en su propuesta de «como muy tarde en el mes de septiembre», y ERC se mueve en su calculada ambigüedad, dejando la puerta abierta a un adelanto.

Entre bambalinas la realidad es muy diferente. En los círculos soberanistas se debate en estos días la posibilidad de hacer coincidir elecciones y referéndum. Nadie la confirma, pero tampoco nadie la desmiente. Un líder republicano decía a LA RAZÓN que «es una opción que está encima de la mesa». En el PDeCAT, el partido de Carles Puigdemont, no lo niegan, reaccionando, además, airados: «Es el escenario que más conviene a Oriol Junqueras». Las críticas convergentes a los republicanos suben un tono cuando se les pregunta sobre la fecha: «No lo sabemos. Junqueras no ha hecho nada de la preparación del referéndum».

La coincidencia de las fechas tiene pros y contras. Sus detractores afirman que celebrar elecciones y consulta «es un regalo al Estado» porque facilitaría su anulación. Sus partidarios argumentan que se le plantearía un problema al Estado. «¿Cerrarán los colegios?, ¿impedirán que los ciudadanos voten en unas elecciones?», se preguntan. A este debate se suma el cuándo. Mientras Puigdemont mantiene su ambigüedad sobre la fecha, la CUP exige que se adelante. De hecho, fijan el mes de mayo como un objetivo asumible que Junqueras no descarta, aunque lo retrasa hasta el mes de junio.

A este escenario que augura conflicto y «choque de trenes» hay que sumar los procesos judiciales que volverán a tomar protagonismo con la declaración de Artur Mas el próximo lunes, imputado por el 9-N. Unos procesos que continuarán con Carme Forcadell, la investigación al ex juez Santiago Vidal y el juicio al líder del PDeCAT en Madrid, Francesc Homs.