Paco Reyero

Autopsia para una trama de principios del S.XXI

La Razón
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Nuestra justicia, perdonen la metáfora pero me están pidiendo la página en cierre, tiene los reflejos de una vaca cuando pasa un tren. Son trece años desde que se empezó con este estraperlo millonario de pueblos y amigotes a la andaluza, de este ajo que, por redondear, se ha llamado «caso ERE». Echando la vista atrás, ya no recuerdo si aún había tiendas de discos de vinilo. Millones, políticas y delitos sostenidos año tras año que no se sofocan con tres días de desahogo y sobreactuación. A la juez Alaya se le han hecho, ante las dentelladas del poder andaluz, todos los retratos favorables. Bien, incluso se han cantado las excelencias de su esqueleto (que sí, que sí, que fue elegida «borrega» cuando estudiaba derecho en la Facultad de Sevilla porque era deslumbrante y lozana como para que la pintara un impresionista francés), bueno, ¿y qué? Ella y su trolley son para una pieza de Umbral, pero como Umbral tampoco está ya, ni hay nadie que se le arrime, conformémonos con explicar los hechos. Ella sola emprendió a finales de 2010 los siete trabajos de Hércules y la instrucción se prolonga, mes tras mes, sin un horizonte claro. ¿Ella sola recogiendo este entramado de empresas pantallas, informes de intervención, subvenciones millonarias, ejercicios económicos diversos, intereses de chorizos y también de multinacionales? Ella sola, tan sola, que incluso cuando, ojalá, obtenga una victoria rotunda habrá practicado una autopsia, no una intervención quirúrgica en la sociedad. Los delincuentes quizá lleguen saltando a la pata coja al trullo, pero el PSOE sigue gobernando y los delitos (colegios y carreteras que se quedaron sin hacer porque hablando en millones de euros no nos aclaramos) se han perpetuado en el tiempo. Este nuevo golpe a lo Eliot Ness, con sus perros persiguiendo el fajón de Lanzas y los de la Junta, como tartufos, fingiendo un ataque de felicidad por conocer la verdad; toda esta ira de peluquería reactiva el interés por una trama delincuencial que sigue siendo esencialmente la misma. La Cámara de Cuentas cifra en su informe que se han destinado a estas políticas de «empleítos» y «ayuditas» 1.217 millones; según otras fuentes, como la Junta carecía de liquidez suficiente para afrontar los pagos comprometidos ha ido solicitando, además, créditos por valor de 286 millones. Estas almas cándidas y generosas que gobiernan nuestro mezzogiorno insisten en que se han beneficiado más de 6.000 trabajadores, criaturas todas de Dios. Pero ¿por qué éstos y no otros?, ¿cuál es el amparo legal de este reparto? Un sistema de bingo y de horóscopo de partido. Todo, como ya dijo Manuel Machado, es conforme y según. Hay instrusos en los Expedientes de Regulación de Empleo, pero también multinacionales que se han beneficiado de esta generosidad de «aquí-un-amigo» de la Junta. Cervantes ya advertía de la Garduña, precedente sevillano de la camorra y la mafia. Como todo está en los libros, siempre que se lean, viajemos al siglo XVII: «Si vuestra merced es un pícaro, ¿por qué entonces no pagó su derecho de portazgo? Os aconsejo que vengáis a ver conmigo al presidente de la Santa Hermandad y que no os atrevais a robar sin su permiso, ya que os resultará caro. ¿O acaso creéis que el robar es una profesión liberal sin impuestos ni contribuciones?» .