Deportes

Cambio de talante

La Razón
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Cuando las pulgas echaban carreras sobre el lomo de perros esqueléticos, Miguel Cardenal fumigó las federaciones para adaptarlas a tiempos de hambruna. A los presidentes manirrotos les exigió moderación y decoro, amenazándoles con colgar en la plaza pública sus fastuosos salarios y el desmadre con la pólvora del rey. Fue más beligerante con unos que con otros. Pero frenó la sangría. Al cabo de cinco años –uno de propina por la interinidad del Gobierno–,partió del CSD dejando atrás luces y sombras, lo habitual en cualquier cargo público. También enemigos, no adversarios. Dejó varios frentes abiertos y algunos agravios que José Ramón Lete, ahora al frente del Consejo Superior de Deportes, a base de diplomacia, y de una ingesta de sapos poco recomendable para estómagos delicados, está cauterizando.

Con el diálogo como arma de atracción masiva, Lete, que cumple hoy dos meses en la Secretaría de Estado para el Deporte, ha conseguido desbloquear los fondos previstos inicialmente para abonar al COE la factura de Río, y que su antecesor recortó, y consentir que el reglamento electoral de la Federación Española de Fútbol fuese el que utilizó Villar en las elecciones de 2008 y de 2012, con las excepciones que otras federaciones en similar coyuntura han disfrutado.

El diálogo mantenido con Villar, que seguramente hoy, por fin, convocará elecciones a la presidencia de la RFEF entre marzo y abril, no ha sido óbice para hablar también con Jorge Pérez, el despedido secretario general que amenaza al poder establecido. Pero ésa es otra batalla que los dos contendientes van a librar con Lete de observador. El cambio –de talante– ha llegado al Consejo.