Alfonso Ussía

«Carmenada»

La Razón
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El «Submarino» de LA RAZÓN acierta plenamente proponiendo a la RAE la admisión de la voz «Carmenada» facilitando su significado correspondiente: «Dícese de las melonadas propias de la regidora madrileña en el uso de sus atribuciones». La última de ellas, insinuar que los estudiantes sean los encargados de barrer las facultades y el Campus de la Universidad.

El Presidente de LA RAZÓN, Mauricio Casals, de alta estatura pero falto del garbo y la flexibilidad que el deporte concede a sus practicantes, me ha trasladado su preocupación, contagiándome la inquietud. «Me han llegado noticias preocupantes. A partir de noviembre tendrás que venir todos los días a las 8 de la mañana a barrer la Redacción. Si yo barro, tú barres, Alfonso, y perdona, lo siento».

Peor futuro tienen mis queridos almirantes, jefes y oficiales de La Armada. Carmena quiere que sean ellos los responsables de la limpieza del estanque del Retiro, muy cercano a la sede de su Cuartel General. Y Florentino Pérez y Enrique Cerezo ya han sido instruídos para que, en compañía de los miembros de sus juntas directivas y de los asistentes invitados a los palcos en los grandes partidos, procedan a limpiar y barrer los suelos de la tribuna preferente de los estadios «Santiago Bernabéu» y «Vicente Calderón» con posterioridad a la celebración del encuentro. Para evitar el mandato municipal será requisito indispensable la presentación de un certificado médico firmado por tres facultativos que sean, simultáneamente, socios del «Barça».

De golpe, la recomendación municipal resulta chocante y sorprendente. Pero un llamamiento sereno a la reflexión abre siempre la ventana del entendimiento. Y me parece bien. La propuesta municipal no merece ser analizada con severidad. Hay una gran carga de justicia social en su proyecto. Madrid, ciudad solidaria y sostenible. Léanlo de nuevo. Solidaria y sostenible, los dos conceptos más limpios y ansiados del retroprogresismo español. Antes que Capital de España, Madrid será conocida en el mundo por su solidaridad sostenible, que es un logro impresionante. Para que no amanezca la Plaza de la Independencia un domingo por la mañana sembrada de papeles y colillas, no se contratarán más servicios de limpieza. Se quitarán las terrazas que producen las aglomeraciones humanas que ensucian las calles. Si se trata de Malasaña, La Latina o Chueca, los papeles y las colillas no desmerecen del paisaje urbano y hay que permitir el jaleo, el bullicio y el alegre desahogo que se experimenta en vísperas de las jornadas festivas.

El próximo 12 de octubre, Día del Pilar y de la Hispanidad, después de la celebración del desfile militar, Su Majestad El Rey, acompañado del ministro de Defensa, el JEMAD, el JEME, el JEMA y el AJEMA dejarán limpia y brillante como una patena la Plaza de Colón. Lo normal, lo justo y lo equitativo.

Y el Ayuntamiento lo barrerá Carmona, que así hace algo de provecho. La regidora ya no tiene edad para apurar la resistencia de su cuerpo, y Rita Maestre ha dicho que «tururú», que todavía hay clases. En este punto me permito discrepar. Si «Podemos» gobierna en Madrid gracias a la obediencia que le debe Carmona a Pedro Sánchez, se me antoja una ingratitud encomendarle a Carmona una misión tan alejada de su nivel intelectual y representativo. Supongan los lectores que Carmona se enfada y lanza la escoba y el recogedor por los aires. O moción de censura o nuevas elecciones.

No obstante, como ciudadanos tenemos que aceptar el nuevo cometido que la regidora madrileña quiere encomendar a los madrileños de los barrios privilegiados, con excepción de Rita Maestre y de sus padres.

Una vida nueva se abre ante nuestros ojos. La ciudad solidaria y sostenible. Después de prohibir terminantemente la pesca del salmón en el Manzanares, todo es posible. Y en mi opinión, justo y necesario.