El desafío independentista

Cataluña: hasta donde y hasta cuando

La Razón
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Los acontecimientos se suceden cada vez con mayor gravedad en el avance de los independentistas catalanes hacia su objetivo final que es la desconexión de España y su reconocimiento internacional como Estado independiente, especialmente en el ámbito de la UE. Desde el compromiso electoral asumido en su día por Mas de celebrar una consulta soberanista sobre la independencia de Cataluña hasta ahora, no han dejado de sucederse los actos, las declaraciones, las movilizaciones a nivel particular, institucional y electoral, que dan un paso cada vez más allá, encontrando por parte del Gobierno una respuesta formal acerca de la legalidad a través de los recursos correspondientes a los Tribunales y al TC, la atribución a este último de la adopción de medidas conminatorias, y recientemente el diálogo, un despacho en la delegación del Gobierno, y una contradictoria promesa de reducir la litigiosidad.

Mientras tanto, el “temor infundido” a los independentistas y la disuasión se han traducido en la celebración de una consulta por la que están siendo juzgados con amenaza de inhabilitación para cargo público, -que ya alardean no tendrá eficacia en una Cataluña independiente-, el juramento en sus tomas de posesión de lealtad a los catalanes que les votaron pero no al Rey ni a la Constitución española, un refuerzo de sus “embajadas y su acción exterior”, una instrumentalización de las Cabalgatas de Reyes, un desprecio a la fiesta nacional y a la CE, unas elecciones plebiscitarias, una puesta en marcha del proceso de desconexión, un presupuesto que contempla de nuevo un referéndum de independencia, multitud de declaraciones de desacato a la ley y a los Tribunales, y la confesión -no querida- del uso de los datos fiscales de los ciudadanos de manera ilegal para ir preparando el camino.

Hace tiempo que señalamos que la ley y los tribunales no eran suficientes. Que había que endurecer aquélla y tomar medidas coercitivas porque por la otra parte no hay lealtad institucional ni interés en renunciar a su inasumible camino. Y no se puede esperar mucho para hacerlo porque las circunstancias pueden complicarse más y la existencia de apoyos políticos brillar por su ausencia. Recientemente se ha aprobado una PNL del PNV para que se derogue la reforma que daba al TC capacidad para inhabilitar a políticos que no acatasen sus STS, condenando Podemos que se juzgue a Mas y a sus Consejeros por hacer un referéndum ilegal desobedeciéndole. El PSOE está en una disyuntiva interna en la que Sánchez reivindica la consulta, el Estado Federal y Cataluña como nación, con el apoyo del PSC a esa posición. La UE está en un año electoral en el que los líderes de partidos que encabezan las encuestas en sus respectivos países anuncian su intención de abandonarla y salir del Euro, siguiendo la senda británica y el discurso de la defensa prioritaria de su nación como hace Trump.

Ante este escenario cada vez más complejo dentro y fuera de nuestras fronteras; el desafío de presionar abiertamente a los tribunales con la marcha que acompañó a Mas y sus Consejeros al tribunal que les juzga en Cataluña, organizada y pagada por ellos; la declaración de Mas de que ”en algún momento habrá que desobedecer al TC para superar el statu quo” después de tener el rostro de acusarle de que no le advirtió de nada cuando sabía que iban a sacar las urnas, -a sabiendas de que se lo saltaría igualmente-; es necesario tomar la iniciativa por compleja y dura que sea, porque, de lo contrario, más adelante puede ser tarde y más dolorosa.