Ciudad muerta culturalmente

Esto de la muerte cultural de Sevilla lo estoy oyendo desde hace 10 años y más últimamente. Sobre todo me sorprende en boca de personas que están al día de la realidad o, a lo peor, no están informados de hechos elementales, porque no quiero creer que se trata de una estrategia política, cayendo en algo tan tremendo, de lo que no hacen los míos no existe. Hace pocos días escribía sobre la sorpresa que me produjo que un buen escritor, estupendo periodista, afirmara que el cine español no le interesaba a nadie en este país, sin consultar unas cifras oficiales que desmienten su afirmación, posiblemente porque confundió sus gustos con los de 46 millones de españoles. El hecho incontestable es que en el 2016 se compraron 16 millones de localidades para ver cine español. Algo parecido pasa con la muerte cultural de nuestra ciudad. Vamos a los datos incontestable s. Museos: Bellas Artes, segunda pinacoteca nacional, con una sede que ya es arte puro. Arte moderno, en un lugar cargado de historia, como es el antiguo convento de la Cartuja. Arqueológico, que indudablemente necesita una restauración, pero con una gran colección. Costumbres populares. Añadir la gran labor de fundaciones como Focus, Cajasol, la Casa de Pilatos, Dueñas... Sin contar que cada iglesia que visitemos es un magnífico museo. Hace unos días se inauguró el CaixaForum, lugar donde tienen cabida muchas actividades culturales. Teatros: Maestranza, 25 años con una programación excelente; Lope de Vega, donde pasan las grandes compañías nacionales; Central, con los montajes más vanguardistas; Quintero; sala Turina; Alameda; Duque; Teatro Triana; salas como Cero, Fundición; Auditorio Rocío Jurado; Fibes con su gran sala... Podría desgranar 50 espacios dedicados al arte, a la cultura. Así que muerta, no; sí necesitada de un buen tratamiento para estar a la altura de una ciudad como Sevilla.