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Ciudadanos socialistas

La Razón
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Algunos ya avisamos, antes de las elecciones del 20 de diciembre, de que sólo votando al Partido Popular se garantizaba que nuestro voto no se iba a desviar hacia otro partido, que no se iba a utilizar para elegir presidente a quien no habíamos votado.

El próximo 26 de junio, votando al Partido Popular, Mariano Rajoy, y no otro candidato, recibirá la confianza que hemos depositado con nuestro voto. El PP no traicionará al votante apoyando a Pedro Sánchez, a Pablo Iglesias o a Albert Rivera. Pero eso no lo pueden decir los demás partidos. Rectifico, decirlo si lo pueden decir, porque lo proclamaron continuamente en las últimas elecciones. Pablo Iglesias afirmó que Podemos no estaría en ningún gobierno que él no presidiera. Y tardó un tic, sin esperar al tac, para decirle a Sánchez: yo te doy el cromo de presidente y tú me das los de vicepresidente, al menos cinco ministerios, incluidos Defensa e Interior –los de los uniformes que tanto gustan a los comunistas–, el CIS, el CNI, TVE, el BOE, y unas cuantos departamentos más que se nos irán ocurriendo, que experiencia no tenemos, pero ansias de poder nos sobran.

Proponían gobernar con quien dijo que no pactaría con los populistas, porque quieren que España sea como la Venezuela chavista, hasta que vieron la posibilidad de que el vicepresidente fuera Sánchez.

Los que confiaron en Ciudadanos han comprobado que sus votos se han utilizado para intentar hacer presidente del gobierno al socialista Pedro Sánchez. Apoyaron con sus votos al candidato que no eligieron.

Albert Rivera se había comprometido a no apoyar ni a Rajoy ni a Sánchez, lo decía y repetía en 2016 poniendo cara de decir la verdad. En mayo dijo: «A Rajoy y a Sánchez ni investidura ni pacto». En el debate a cuatro, el pasado 10 de diciembre, aseguraba que «si no podemos gobernar no apoyaremos la investidura de Sánchez ni de Rajoy».

El 18 de diciembre, último día de campaña, decía con rotundidad que «no se apoyará a un grupo de perdedores que desbanque al ganador de las elecciones», y que «Ciudadanos no votará a favor de ningún candidato a la presidencia del gobierno que no sea yo». Pues Rivera votó por un candidato que no era él, y que además no había ganado las elecciones. Rivera y Sánchez pueden prometer y prometen, pero alguna vez deberían cumplir lo prometido.

Ver a los dirigentes de Ciudadanos sentados negociando con el PSOE y con Podemos fue más que un pacto, fue un im pacto para sus votantes. El próximo 26 de junio ya no podrán engañar a nadie, ahora todos sabemos que pueden volver a desviar los votos a Ciudadanos Socialistas. Podemos, como el cartero, siempre llama dos veces.