Congreso del Partido Popular

Hoy comienza en Madrid el 18 Congreso Nacional del Partido Popular. Serán tres días en los que se debatirán en cinco ponencias, coordinadas por los cinco vicesecretarios, las líneas estratégicas que seguirá el partido en los próximos años. Como en todos los congresos, también se elegirá a las personas que desempeñarán las diferentes responsabilidades en el partido. Estos nombres y estos equipos despiertan, como casi siempre, más interés en algunos medios de comunicación que el contenido de las ponencias, salvo quizá lo relativo a los estatutos. En todo caso, el próximo domingo conoceremos todos los detalles y se harán las valoraciones que se consideren, pero cuando termina una etapa también es conveniente hacer balance de lo realizado en ese periodo. Hace cinco años, en Sevilla, entre el 17 y el 19 de febrero, apenas dos meses después de que fuera investido presidente del gobierno, se celebró el anterior Congreso del Partido Popular, donde reelegimos al frente del partido a Mariano Rajoy. Comenzaron los cinco años más difíciles en la historia del PP. España estaba al borde de la quiebra económica; el paro se había incrementado en los últimos cuatro años en tres millones y medio de personas; la prima de riesgo –el tipo de interés que se aplica a nuestra deuda– estaba cinco puntos por encima de la de Alemania; la mayoría de las Cajas de Ahorro con problemas muy graves y el comercio en caída libre. La crisis nos afectaba tanto que muchos sólo contemplaban que España fuera intervenida, que se pidiera el rescate. Rajoy se fijó como objetivo prioritario la creación de empleo para sacar a España de la crisis y, con el esfuerzo de los españoles y el apoyo de su partido, lo está logrando.

Por si no fuera suficientemente complicada la tarea que Rajoy tenía por delante, en estos años se han conocido casos de corrupción, algunos de personas que estaban en el PP, que se investigan y juzgan por la Administración de Justicia y que han puesto de manifiesto la voluntad y el impulso del gobierno para luchar contra la corrupción, aprobando medidas para perseguirla e impedir que se produzca.

La aparición de dos partidos políticos –uno ya existía en ámbito autonómico–, que han obtenido una importante representación institucional, ha sido otro de los hechos políticos a tener en cuenta en estos cinco años. También hay que destacar que durante casi un año el gobierno estuvo en funciones, habiéndose celebrado dos elecciones generales. Además del Brexit, el terrorismo yihadista y otros muchos acontecimientos de gran trascendencia, el empeño ilegal que tienen algunos partidos de privarnos de la soberanía nacional, que pertenece a todos los españoles, para decidir sobre la unidad de España ha sido, y es, otro de los hechos más graves que deterioran la convivencia y el Estado del Bienestar.

Rajoy era presidente del Gobierno en 2012. Y después de estos cinco años tan duros, de tantas falsedades y críticas injustas de algunos sobre la gestión de su gobierno, acudirá a este Congreso del Partido Popular siendo de nuevo presidente del Gobierno de España porque los españoles distinguen y valoran la realidad y los hechos frente a la demagogia y las patrañas. Hay muchas razones para que los militantes del Partido Popular elijamos presidente al mismo que hemos elegido los españoles, al mejor, a Mariano Rajoy.