Gobierno de España

Contra Rajoy todo vale

La Razón
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Antes de que se cumpliera un mes desde su toma de posesión, el jueves 24 de noviembre, tal y como se comprometió en su discurso de investidura, el presidente del gobierno, acompañado de la ministra Fátima Báñez, se reunió con sindicatos y empresarios, lo que indica la máxima prioridad que Rajoy da al diálogo social. La respuesta de los secretarios generales de la UGT y de CC OO se produjo al día siguiente anunciando movilizaciones en el mes de diciembre, es decir, que un día después de la primera reunión con un presidente que demuestra la importancia de esta negociación y su intención de llegar a acuerdos, los sindicatos responden que están más por la presión que por el diálogo.

No es la primera vez que se producirán movilizaciones inoportunas y precipitadas contra el gobierno de Rajoy, aunque en esta ocasión sorprende que sean motivadas por la oferta de diálogo que se ha hecho desde el gobierno. El 29 de marzo de 2012, apenas iniciada la primera legislatura de Rajoy, con una situación de quiebra económica heredada del gobierno socialista y como protesta contra la reforma laboral, se convocó huelga general. El 15 de septiembre de 2012 se convocaron manifestaciones pidiendo «un referéndum sobre los recortes y sobre un posible rescate». Nunca reconocieron que ese rescate se evitó por la buena gestión del gobierno de Rajoy y por los imprescindibles recortes que entre otras medidas hubo que adoptar. Y para completar la «ayuda» sindical para salir de la crisis, en aquel primer año durísimo se convocó una segunda huelga general para el 14 de noviembre, inicialmente por varias organizaciones sindicales españolas, y después por sindicatos de diversos países del sur de Europa.

Los sindicatos Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores se precipitan convocando movilizaciones el día siguiente al de la primera reunión celebrada a iniciativa del gobierno. Parece que contra Rajoy todo vale. No es así cuando desgobierna la izquierda, porque no tiene explicación que entre 2007 y 2011, durante los últimos cuatro años del gobierno de Zapatero, en los que la crisis económica deterioraba cada día la calidad de vida de los españoles, donde el paro aumentó en tres millones y medio de personas, los sindicatos más importantes –UGT y CC OO– convocaran una sola huelga general, el 29 de septiembre de 2010; y sin embargo en un solo año, en el primero del gobierno de Rajoy, cuando más complicada y difícil era la gestión del gobierno para sacar a España de la situación tan grave que teníamos, esos mismos sindicatos convocaran dos huelgas generales, además de otras movilizaciones.

Rajoy quiere, al menos tanto como los sindicatos, subir el salario mínimo. Si tuviera la varita mágica que algunos creen que tiene los subiría mucho más de un 8 %, al doble o al triple; y le gustaría, al menos tanto como a los sindicatos, gastar más en educación, en sanidad, en pensiones y en tantas cosas necesarias, como también les gustaría a muchos padres poder gastar más en la alimentación de sus hijos, en su formación, en su ropa y en tantas cosas necesarias. Pero el presidente del gobierno y los padres son responsables, y hacen lo que pueden y lo que deben. Los que creen que contra Rajoy todo vale, que no olviden que contra el mantenimiento del estado de bienestar y el interés general de los españoles, no vale todo.