César Vidal

¿De verdad somos así?

La Razón
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Vivir varios años fuera de España tiene, entre otras consecuencias, la de sentir interés por cuestiones que, en el territorio nacional, no me llamaban la atención. Así me sucede, por ejemplo, con las series de televisión. Antes, entre dirigir un programa nocturno y disfrutar otros entretenimientos, no provocaban mi atención. Ahora, desde hace años, casi las estudio. La factura técnica suele ser buena y la interpretación no pocas veces resulta notable. A pesar de todo, debo confesar mi perplejidad con los contenidos. Por ejemplo, los padres de familia en las comedias son irremisiblemente tontos. A veces, tienen buen fondo, pero su idiotez es innegable. Al mismo tiempo, tan obtusos progenitores cuentan siempre con hijos maleducados y rezumantes de sorna. Digo yo que la inteligencia les vendrá por la parte materna... Todavía me sorprende más el resto del reparto. El número de homosexuales varones en España ronda el uno por ciento de la población. Pues bien no hay comedia donde no aparezca al menos uno. ¿Acaso es que han encontrado todos empleo en los episodios, supuesto, claro está, que no estén ya en un programa de corazón? Sacerdotes y monjas los vi a puñados y de todos los hábitos y condiciones antes de 1975. En las series, suelen aparecer poco y cuando hacen acto de presencia siempre están con los malos. Sin duda, los habría, pero yo conocí también a otros y algunos eran simpáticos e incluso sabios. Más estupor si cabe me causan las mujeres liberadas y las madres solteras. Que han existido siempre no admite duda, pero, antes de la Transición, no conocí a una sola mujer que hubiera dado a luz sin pasar por la vicaría. Lo mismo Franco las tenía escondidas, vaya usted a saber. Y hablando de Franco... los que estábamos en contra de su régimen éramos cuatro y sin levantar la voz. A pesar de esa innegable realidad, observo en las series que florecían como setas de bosque bajo la lluvia. ¡Los había a montones! ¡Si es que lo que apenas había eran partidarios del Régimen! Total que estoy más que agradecido a los directores, productores y guionistas de esas series de televisión porque me muestran lo que nunca vi no sólo en los documentos sino en mi vida a lo largo de más de medio siglo. También es verdad que, en ocasiones, me pregunto: ¿De verdad somos-éramos así?