Nacionalismo

Del oasis catalán

La Razón
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La teoría del oasis catalán se debe al periodista Manuel Brunet. «Abans i després del 6 d’octubre havia dit moltes vegades que Catalunya, amb el seu Estatut, hauria pogut ésser un oasi», comentó en «La Veu de Catalunya» el 4 de marzo de 1936. Brunet fue un reconocido periodista y escritor «noucentista», referente de un catalanismo hispanista de profundas convicciones católicas y alejado del nacionalismo cerril, pero hoy caído en el más absoluto de los olvidos a pesar de su innegable legado cultural, autor de una obra plenamente vigente que debería ser estudiada en tiempos de desafíos separatistas y corrupciones varias. Periodista brillante de la generación de entreguerras, fue considerado el mejor cronista contemporáneo por la mayoría de sus coetáneos y arrojado a la papelera de la historia por el pensamiento único del nacionalismo actual, debido a su labor de investigación sobre las prácticas corruptas de Companys. Nacido en Vic en 1889, fue galardonado como poeta en los Juegos Florales de Olot, Girona y Barcelona con su composición «Poema de la pedra». Redactor de «La Publicitat» desde 1918 y de la agencia de noticias Havas hasta el 1923, autor de textos imprescindibles como «El meravellós desembarc dels grecs a Empuries», director de «El Mirador» el mejor semanario en catalán antes del estallido de la guerra civil, periodista en «la Veu de Catalunya» e impulsor de la tertulia antirrepublicana «La Caverna» del ateneo barcelonés. Federalista, liberal y de derechas, fue un azote para ERC y sus locuras rupturistas, pero también fue un crítico de la «Lliga Regionalista» a la que acusaba de representar un catalanismo cobarde y un conservadurismo tradicional.

Un grave asunto de corrupción económica estalló en la Catalunya del oasis de 1931, el llamado «Caso Bloch», un escándalo de especulación monetaria sobre la peseta, dirigida por el intocable mafioso Lluís Companys. Sus escritos sobre la corrupción de ERC provocaron un auténtico terremoto político que terminó con una brutal paliza a Brunet el día 4 de febrero de 1932 por dos desconocidos. La mano de Companys siempre fue larga, tal como sufrirían un par de años después los hermanos Badía, asesinados por orden del presidente republicano por un asunto de cuernos y bajas pasiones. Así impusieron posteriormente su relato sobre la guerra civil los dirigentes de ERC, eliminando en el verano de 1936 a más de 10.000 catalanes, de los que nadie habla. El estallido de la guerra civil provocó la huida de Brunet a Montreux para ponerse al servicio de Francesc Cambó en la organización de la red de espionaje de la llamada «España nacional». En Catalunya se vive actualmente una campaña de permanente ebullición social liderado por políticos corruptos y aventureros trasnochados que quieren revivir la experiencia golpista de 1934. Hoy en Catalunya empiezan a surgir voces como las de Brunet que nos advierten de las locuras separatistas en el oasis. Tal vez sea tarde. Muy tarde.