Barcelona

Dos arzobispos

La Razón
La RazónLa Razón

Cada año el Papa nombra una media de doscientos obispos en los cinco continentes. Es una prerrogativa exclusiva del Sumo Pontífice y desde el Concilio Vaticano II quedó excluida cualquier intervención del poder civil en esta materia como ocurría en la España franquista.

Es obvio que el Papa no conoce personalmente a muchos de los obispos que nombra pero acepta la propuesta que le hace la Congregación de los Obispos. Esta es la última etapa de un proceso muy complejo: cada año los obispos proponen a la Santa Sede una lista de los presbíteros que consideran «más idóneos para el episcopado»; la Nunciatura elabora un informe sobre cada candidato basándose en una amplia encuesta secreta realizada entre personas que le conocen; el nuncio propone a Roma una terna y esta es aceptada o rechazada por la Congregación antes citada de la que forma parte el cardenal Omella arzobispo de Barcelona. La última palabra en todo caso corresponde al Papa.

Francisco acaba de nombrar dos nuevos arzobispos para París y Ciudad de México. Son dos nombramiento muy significativos, muy «bergoglianos» lo cual permite suponer que en ellos él ha intervenido de forma muy personal .

Para la capital mexicana ha nombrado a Carlos Aguiar que sucede a Norberto Rivera; la diferencia entre ambos no puede ser mayor y la escasa sintonía del cardenal Rivera con el actual Pontífice quedó muy clara durante la visita pastoral de Francisco a México el pasado 2016.

El sucesor del cardenal Vingt-Trois en París es Michel Aupetit hasta ahora obispo de Nanterre; es un salto espectacular en la biografía de este médico que entró en el seminario a la edad de cuarenta años para, seis años después abandonar el ejercicio de la medicina para convertirse en un «cura de pueblo». En el próximo consistorio se convertirá en cardenal elector.

Lo que une a estas dos personalidades tan distintas es su sintonía con Francisco y su identificación con su línea pastoral hecha de cercanía, misericordia y compromiso con los más pobres de la sociedad.