Música

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Dos genios con mucha música

La Razón
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Estamos todo el año de aniversario de Cervantes y Shakespeare, pero muy especialmente hoy, ya que se cumplen justo los cuatrocientos años de la muerte de ambos, aunque sabemos que en el caso del inglés la fecha exacta depende del calendario de referencia. Ambas figuras han dado mucho juego en la música. Estas líneas no pueden ser un recopilatorio enciclopédico de ello, pero sí conviene hacer un breve repaso.

La obra de Shakespeare es eminentemente teatral, por lo que no resulta nada extraño que innumerables textos hayan inspirado libretos de ópera, empezando por «The fairy queen» de Purcell, basada en «El sueño de una noche de verano» y dada a conocer tan tempranamente como 1692 o la obra de Britten con el título original, pasando por la de Mendelssohn. Mucho recorrido ha tenido también «La tempestad», sobre todo en los últimos tiempos, con partituras de Heinrich Sutermeister, Frank Martin, Berio o Thomas Adés. Obviamente quizá las óperas más conocidas basadas en Shakespeare sean «Otello» y «Romeo y Julietta». La primera gracias, sobre todo, a Rossini y Verdi. La segunda por Bellini o Gounod entre otros. No hay que olvidar que Verdi también utilizó «Macbeth» y, para su «Falstaff», esas «Alegres comadres de Winsor» que, recordemos, inspiraron igualmente a Salieri u Otto Nicolai. Tampoco que Verdi finalmente dejó en el tintero «El rey Lear» a pesar de varios intentos. La relación de óperas más o menos inspiradas en Shakespeare es amplísima: «Beatriz y Benedicto» de Berlioz, «La prohibición de amar» de Wagner que acabamos de ver en el Teatro Real basada en «Medida por medida», «Sly» de Wolf Ferari... hasta el musical de Cole Porter «Kiss me Kate».

No le va a la zaga Miguel de Cervantes, como puede apreciarse con sólo echar una ojeada a la influencia de «Don Quijote». Gerardo Diego se refiere ya al empleo del personaje en representaciones acompañadas de música en «El triunfo de Don Quijote de la Mancha» (1610) para fiestas en Salamanca. A partir de ahí son innumerables las obras: «Burlesque de Quixotte» y «Don Quichotte auf der Hochzeit des Camacho» de Telemann, «Don Quichotte à Dulcinée» de Ravel, los «Don Quijote» de uno u otro género de Kienzl, Rauchenecker, Rubinstein, Manuel García, Ibert, Massenet, Strauss, etc. En fin, hasta la zarzuela de Chapí «La venta de Don Quijote» o el musical «El hombre de la Mancha» de Leigh. Merece la pena resaltar el juego que el título cervantino ha dado en España en los últimos años empezando por las «Ausencias de Dulcinea» de Rodrigo y siguiendo por las óperas de Cristóbal Halffter, José Luis Turina, Sotelo y Tomás Marco, sin olvidar otras obras conexionadas de Bernaola o García Abril.¡Qué lástima que los españoles hayamos perdido el partido de nuestra celebración frente a los ingleses!