Cristina López Schlichting

El aliviio

La Razón
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Mi amigo es arquitecto y la crisis le partió por la mitad. Ni una obra, ni una promoción, vacío en el mercado inmobiliario. Mi amigo cogió el portante y se marchó a Inglaterra y empezó a reformar casas y las vendía estupendamente, con ganancia del 25 por 100. Y ahora ha llegado el Brexit y lo ha roto. Sus ahorros se han visto reducidos de inmediato al 50%, por la súbita caída de la libra, y se ve encerrado en una isla desconcertada, donde nadie compra, no ya una casa, ni un alfiler. Así que está pensando en volver. Así es la vida, esto de España era la ruina y ahora nuestra gente se plantea regresar.

Creo firmemente que ahora saldremos del hoyo, sin alharacas ni alegrías de nuevo rico, pero con esfuerzo y creciendo poco a poco. Menudo alivio noto a mi alrededor. Se me ocurrió cerrar el programa electoral del domingo en Antena 3, con Susanna Griso, diciendo: «De menuda nos hemos librado», y se me saturó el Twitter de gente que aplaudía la frase. Y es que la gran victoria del 26 de junio no ha sido la del PP, tampoco que el PSOE aguantase el tirón como un jabato, sino el freno que los votantes le han echado a Pablo Iglesias. Qué susto, este señor. Qué cosas dice. Lo mejor del domingo han sido los electores, que han parado en seco la locura en la que nos veíamos envueltos.

Las urnas han dictado sensatez, realismo, sencillez y buenos alimentos para el enfermo. Nada de pócimas mágicas. La gente ha sufrido demasiado como para andarse con tonterías. Puede que si eres profesor universitario, con plaza fija y sueldo decente, te animes a echarte al monte, pero cuando tu empresa te ha tenido que bajar el sueldo, llevas meses o años en el paro, o no consigues cuadrar cuentas, quieres ver resultados reales. ¿De dónde iba a sacar Pablo Iglesias 90.000 millones de euros para gastarlos en empleo público? ¿Cómo iba a venderle a Bruselas la moto? ¿Era justa su campaña contra la Iglesia después del ingente trabajo de los católicos en la crisis con los más desfavorecidos? El dirigente de Podemos traía ideas atroces y finiquitadas: control de Prensa, politización de la Justicia y las Fuerzas de Seguridad, salida del euro... que se las quede para él. Que emigre a Cuba. Éste es un país libre y nadie se lo va a impedir.

De veras que estoy muy orgullosa de España, que ha sabido reconocer el tufillo a soviet, el cuento de la lechera, el riesgo que entrañaba el aprendiz de brujo. No hay milagros en la Historia. Toca seguir trabajando, pero hoy las inversiones extranjeras fluyen, la bolsa aguanta, la gente se toma un café a gusto, vuelve a los restaurantes y cines (con moderación) y piensa en alguna pequeña vacación. Más vale pájaro en mano que ciento volando.

Y al que no le guste le quedan diez o doce paraísos como Corea del Norte y Venezuela.