Julián Redondo

El caramelo y el morbo

La Razón
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El rival más débil de las semifinales es la Juventus, un histórico con menos palmarés continental que cualquiera de los otros contendientes. «Sólo» ha ganado dos Copas de Europa (el Barça, 4; el Bayern, 5, y el Madrid, 10) y el panorama futbolístico de su país no invita al optimismo. Es la realidad. El año pasado se perdió la final de la Europa Liga en su campo, tras caer en las semifinales con el Benfica, luego superado en la final por el Sevilla, campeón en el Juventus Stadium.

La Juve es líder del Calcio con 15 puntos de ventaja sobre Lazio y Roma, segundo y tercero, respectivamente; el Milan, siete veces campeón de Europa, está a 30 puntos, y el Inter, a 31. El fútbol en Italia no es lo que era ni el equipo de Allegri «la repera patatera». Pero está ahí, después de eliminar al Mónaco con un raquítico 1-0, como el Madrid al Atlético, sin alharacas ni fuegos artificiales. Justitos, ambos, y el bombo los ha emparejado en la semifinal menos equilibrada.

Vista la coincidencia con perspectiva, no se puede negar que la suerte ha sonreído al Madrid en el sorteo y que han sido menos afortunados el Bayern y el Barça al cruzar sus destinos. Es lo que hay, pero al rascar la superficie del semifinalista menos agraciado aflora en una segunda capa esa manera de jugar, de defender y de incordiar tan parecida al Atlético y que tantos disgustos ha dado a Ancelotti. Este partido carece del morbo que arrastra el choque Guardiola-Luis Enrique, el entrenador más amado del barcelonismo, ahora rival, frente a un técnico que la «gent blaugrana» no termina de descubrir, no le encuentra la gracia, aún.

La Juve de Buffon, Pirlo, Pogba, Vidal, Tévez y Morata es un caramelo, ¡ojo! no esté envenenado.