Primera División

Barcelona

El gesto, por Julián Redondo

La Razón
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Los jugadores defienden a Del Bosque y el seleccionador desafía a quienes dudan de sus futbolistas, no a quienes critican sus planteamientos. Forman un equipo, aquella idea original que Luis Aragonés implantó en la Selección cuando decidió disolver las camarillas y terminar con los reinos de taifas. «La Roja» es un equipo, con titulares convencidos de que pueden jugar mejor y suplentes que ríen por fuera, lloran por dentro y rezan para alcanzar el 1 de julio y disfrutar, tal vez, de una oportunidad. La inequívoca intención del seleccionador por salvaguardar los valores del campeón, de la filosofía («manera de pensar o de ver las cosas», RAE) del equipo, es un gesto de seriedad aun a sabiendas de que lo difícil no es mantener unidos a los suyos, sino templado al entorno, reto imposible. Respiramos gestos, loables o incomprensibles, unos u otros. El Madrid espera un gesto de Javi Martínez y de Silva para ficharlos, uno u otro; difícil cazar a los dos. No es una novedad en la «filosofía» madridista ni está garantizado el éxito; sirva de muestra el «Kun» Agüero. Otro gesto, el de Villar. Perdona cada vez que es reelegido, y van siete. La amnistía favorece ahora a Mourinho y en Barcelona ponen el grito en el cielo porque quedará sin sanción el gesto del técnico portugués de «poner» el dedo en el ojo de Tito Vilanova. No hubo protestas en la Ciudad Condal cuando se produjo el armisticio del cochinillo, en 2002, o el perdón de la tocata y fuga del Barça en la Copa de 2000. Y cada loco, con su tema.