María José Navarro

El hombre

La Razón
La RazónLa Razón

Hay un alcalde en una zona maravillosa que no le hace justicia a su pueblo. Se llama Salvador Hernández y es el primer edil de Carboneras. Don Salvador encabeza una lista independiente y está mandando en el pueblo gracias al apoyo del Partido Popular. De Don Salvador ya teníamos algunas noticias curiosas, algunos detalles que nos hacían presagiar que podíamos echar muy buenos ratos a costa de sus ocurrencias. Sabíamos, por ejemplo, que quiere que se abra ese engendro, ese pegote infecto que es el Hotel de Ataza del Sol en el paraje del Algarrobico. Cualquiera que haya pasado por allí habrá podido comprobar que no hay forma de entender desde qué punto de vista se creyó conveniente colocar ahí un hotel, hotel sin acabar y que, por cierto, no puede ser más horroroso. Dice Don Salvador que abriendo semejante bodrio se ayudaría económicamente a la zona, creando riqueza y empleo. Se olvida el Señor Alcalde que Carboneras está en un paraje maravilloso que es el Cabo de Gata, una zona protegida donde ha sido posible un turismo distinto, sostenible, singular, alejado de aglomeraciones, que defiende la idea de proteger el entorno como razón y atractivo para captar visitantes. Asegura Don Salvador que no tendría ninguna importancia que una parte de esa zona protegida no lo fuera, porque precisamente esa circunstancia impide construir casas y fomentar el turismo familiar. Eso me lo dijo a mí en una entrevista radiofónica, y también me dijo que los que no queremos que ese truño se abra es que no conocemos la zona. De altura el argumento, sobre todo para los que veraneamos en el Cabo de Gata todos los años. Pero es que mi primer edil favorito se acaba de cubrir de gloria y ya de forma definitiva. Mandó callar a una concejala y lo hizo de una manera deliciosa. «Cállese y guarde respeto cuando está hablando un hombre». Es que lo ponen a huevo. No hay más preguntas, señoría.