Valladolid

El mal amor y el maltrato

La Razón
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Lo peor de la historia de la pequeña de cuatro años que ha perdido la vida a causa de las agresiones de sus «padres» eLo peor de la historia de la pequeña de cuatro años que ha perdido la vida a causa de las agresiones de sus «padres» en Valladolid es tener que asumir que éste no es un caso aislado y que el maltrato infantil está a la orden del día. Recordando algunos otros de los que salen a la luz (hay mucho más maltrato infantil del que llegamos a conocer), aparece de manera reiterada un dato inquietante: las agresiones y abusos sexuales a menores se dan más en parejas reconstruidas formadas por una madre y un padrastro. Está claro que las relaciones son siempre más fáciles en familias convencionales, pero el hecho de que, tal vez por la dificultad que supone ser madre en solitario y la necesidad que tienen muchas mujeres de encontrar una nueva pareja, haya algunas que acaben por transigir en los abusos y maltratos a sus hijos, e incluso, sean cómplices de ellos es alarmante. Hemos tenido noticias de abusos por parte de padrastros, en los que las madres parecían no saber nada; otros en los que las madres lo sabían y lo consentían, sin denunciarlo, y algunos, como podría ser este último, en el que ambos, la madre y el padrastro resultan ser cómplices de los hechos. Es aterrador tener que considerar que una madre, por la debilidad de un mal amor, puede llegar a poner en peligro a sus hijos; pero más aún pensar que cuando alguien de fuera de casa entra en casa es preciso estar tan alerta como si se tratara de un asesino, aunque entre amparado por el amor...Sobre todo porque ese amor, si no es bueno, puede convertir en criminal a cualquiera.n Valladolid es tener que asumir que éste no es un caso aislado y que el maltrato infantil está a la orden del día. Recordando algunos otros de los que salen a la luz (hay mucho más maltrato infantil del que llegamos a conocer), aparece de manera reiterada un dato inquietante: las agresiones y abusos sexuales a menores se dan más en parejas reconstruidas formadas por una madre y un padrastro. Está claro que las relaciones son siempre más fáciles en familias convencionales, pero el hecho de que, tal vez por la dificultad que supone ser madre en solitario y la necesidad que tienen muchas mujeres de encontrar una nueva pareja, haya algunas que acaben por transigir en los abusos y maltratos a sus hijos, e incluso, sean cómplices de ellos es alarmante. Hemos tenido noticias de abusos por parte de padrastros, en los que las madres parecían no saber nada; otros en los que las madres lo sabían y lo consentían, sin denunciarlo, y algunos, como podría ser este último, en el que ambos, la madre y el padrastro resultan ser cómplices de los hechos. Es aterrador tener que considerar que una madre, por la debilidad de un mal amor, puede llegar a poner en peligro a sus hijos; pero más aún pensar que cuando alguien de fuera de casa entra en casa es preciso estar tan alerta como si se tratara de un asesino, aunque entre amparado por el amor...Sobre todo porque ese amor, si no es bueno, puede convertir en criminal a cualquiera.