Martín Prieto

El mendigo doblemente armado

La Razón
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Grecia dispone de una lanza blindada de 1.700 carros; los alemanes «Leopard», los franceses «Lecrec» y los formidables estadounidenses «Abrams», hasta que los novedosos «Armat» rusos demuestren lo que valen en combate. A estas divisiones hay que agregar miles de unidades de caballería mecanizada para infantería y logística. Misterio del complejo militar-industrial es por qué los helenos necesitan más tanques que Alemania, Francia, Italia y España, juntas. Hasta 2013 Grecia fue el quinto consumidor de armas del mundo y, aún en estas zozobras comunitarias, dedica el 3,1 de su PIB a defenderse como si la señora Merkel avanzara sobre el paso de las Termópilas. Los PIB son tan inestables como la nitroglicerina y no son comparativos sino indicativos, porque nadie produce los mismos bienes y servicios. Pero desvelan que Grecia es el país de la Eurozona proporcionalmente mejor armado para una guerra convencional o para sujetar a su pueblo: Alemania (1,35 de su PIB), Italia (1,5), Francia (3,6 , nuclear), Reino Unido (3,6, también nuclear), Rusia (4,2, igualmente nuclearizada), España (1,9, y a la baja). Quizá resulten excesivos 260 cazabombarderos, 14 fragatas y otras 19 antimisiles, 14 submarinos, igual número de buques de desembarco y un precontrato con la española «Navantia» para una de nuestras disputadas portaaeronaves. ¿Qué falta le hace a Grecia gastar un cuarto de todo lo que debe en unas FAS innecesarias? Viajeros por Turquía pueden encontrar algún desdén por los griegos, pero el entendible rencor heleno por los siglos de ocupación otomana no ha llevado a una guerra ni por Chipre, y ambos permanecen bajo el paraguas de la OTAN. Sorprende que Syriza resulte tan silenciosa ante obvios recortes castrenses que paliarían la sanidad y las pensiones. El politburó de la izquierda asamblearia no devuelve el euro que ha pedido pero paga al contado, con ayuda de escaños nazis, los helicópteros «Apache» que disparan uranio empobrecido, contaminante, penetrante como cuchillo caliente en mantequilla.