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El Noveno Mandamiento

La Razón
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España es un país de cenizos. No tiene que ver con la economía, el clima y ni siquiera con la política, sino con la ausencia de épica. Uno echa la vista atrás y entiende la pesadumbre de la Generación del 98, cuando la sociedad española se vio afectada por la crisis moral, política y social desencadenada por la derrota ante EE UU y la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Es comprensible que la gente fuera pesimista tras la Guerra Civil e incluso hasta la década del «sesenta», cuando faltaba todo y para estudiar tenías que ingresar en el seminario si eras pobre. ¿Pero y ahora qué? ¿A qué se debe esta constante autoflagelación? Hay un fondo de envidia, porque es humano eso de desear la mujer del prójimo que prohíbe el Noveno Mandamiento, pero el relato que imponen nuestros progres medios de comunicación no casa con la realidad.

El sistema sanitario español está en el top ten mundial. Según la revista «The Lancet», España ocupa el octavo puesto de los 195 países analizados, por delante de Holanda, Italia, Austria, Dinamarca, Francia o Alemania. Somos una de las 15 primeras economías del Planeta Tierra, con un crecimiento anual del 3%, el triple de lo que lo hacen italianos o británicos. Y si se recuerda, sobre todos los que tengan más 50 años, cómo eran las carreteras, los trenes, los aeropuertos, los supermercados, las gasolineras o los cuartos de baño hace cuatro décadas, es para pellizcarse. En el ranking de felicidad de la ONU no salimos ya tan bien librados: estamos en el puesto 34, por detrás de Suiza, Canadá y paradójicamente, también de Argentina o Brasil. Choca, siendo como somos el país con más bares del mundo, con los horarios nocturnos más laxos y con mayor número de turistas. La única explicación que se me ocurre es que todo se debe a la falta de fe.

No en la religión porque hay 30 millones de españoles que se declaran católicos, 5 millones que van cada domingo a la iglesia y más de 300.000 que ven la misa por televisión, sino en la Patria, en nuestra Historia, en el destino común. ¿Sabían que el último informe del Instituto Español de Estudios Estratégicos revela que sólo el 16% de los españoles afirma estar dispuesto a luchar por España si sufriera una invasión extranjera?

Estoy absolutamente seguro que si se hace la misma encuesta, pero preguntando por el móvil, sale más gente dispuesta a sacrificarse por su puñetero teléfono. Así nos va.