César Lumbreras

El pacto del Currywurst

La Razón
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Días después de que un joven asturiano preso en Villabona (Asturias) «resucitase» físicamente poco antes de que le practicasen la autopsia, se ha registrado otra resurrección, en este caso política, la de la canciller alemana Merkel, gracias a lo que ya se ha dado en llamar en aquel país «El Pacto del Currywurst», que puede suponer también la resurrección de una mortecina Unión Europea (UE). Todo el que haya estado por Berlín habrá probado uno de sus platos estrella, consistente en una salchicha aderezada con salsa de curry. Pues bien, los periodistas apostados ante el edificio en el que se desarrollaban las negociaciones entre el partido de Merkel, los socialdemócratas y los social cristiano bávaros, veían entrar a las personas que abastecían de viandas a los políticos en sus largas sesiones, la última de veinticuatro horas, y preguntaban por el menú; la respuesta siempre era la misma «currywurst». Finalmente alcanzaron un preacuerdo o acuerdo de principio, que debe desarrollarse en los próximos días, y que va resucitar, a su vez, la gran coalición, salvo que las juventudes de los socialdemócratas del SPD, que se oponen a la misma, lo impidan mientras se cierran los flecos. Ello significará que habrá gobierno en Alemania y de marcado carácter europeísta. En el preacuerdo al que han llegado se deja clara su disposición a aumentar la partida presupuestaria que se destina a la Unión Europea, un hecho clave ahora que están a punto de comenzar las negociaciones sobre el Marco Presupuestario de la UE para el periodo 2021-27. También apoyarán una parte de las tesis del presidente francés Macron, que anunció a bombo y platillo a finales del año pasado, para refundar el club comunitario tras el Brexit. Nos encontraríamos en ese caso ante un resurgir del eje franco alemán, al que en unas épocas se sumó España, que ha sido el motor comunitario a lo largo de varias décadas. Y, todo ello, gracias, en parte, al «currywurst», que ha dado fuerza a Merkel, Schulz y demás, que no nos olvidemos son los que mandan en la UE.