Elecciones generales

El populismo de Sánchez

La Razón
La RazónLa Razón

La obsesión de Pedro Sánchez por Pablo Iglesias comienza a ser preocupante. Es verdad que la presión por el ascenso de Podemos truncó sus esperanzas en las elecciones del 20-D y que los barones están muy preocupados ante un nuevo fracaso el 26-J. La pretensión de formar un gobierno con Ciudadanos con el apoyo de Podemos sólo puede considerarse una excentricidad y una muestra de incoherencia ideológica que le puede pasar factura en las urnas.

La nueva política no puede ser un despropósito de esa magnitud. Nadie puede entender que Albert Rivera y Pablo Iglesias puedan coincidir, directa o indirectamente, en un gobierno. Fue un comportamiento desesperado de Sánchez que quiere ser presidente del Gobierno a cualquier precio. Ahora tenemos un equipo de ministrables que es un nuevo despropósito. Lo presentó este domingo como si fuera un equipo de fútbol.

Un aspecto significativo es el desinterés que ha mostrado por sus fieles escuderos Antonio Hernando, Oscar López y César Luena que no considera que tengan méritos para sentarse en el consejo de ministros. Se han quedado en la cuneta como se abandona un kleenex en una papelera tras usarlo. Lo siento por ellos, aunque sea un gobierno propio de Pedro Sánchez en el País de las Maravillas.

Es una nueva muestra de la realidad virtual que se ha montado el secretario general del PSOE. Con respecto a los ministrables tenemos a un francés, Sami Naïr, para que se encargue de los refugiados y al senegalés Luc André Diouf para Inmigración. No entiendo por qué se necesitan estas carteras que no son temas que preocupen a la sociedad española y que sobre todo están muy bien integradas actualmente en una secretaría de Estado. Me temo una nueva repetición de papeles para todos y un efecto llamada que costaría muchos miles de millones de euros.

Dentro de esta sucesión incoherencias pijo progres propias de la gauche caviar quiere un ministerio para la Regeneración Democrática, donde colocaría a Patxi López; otro sería para la aplicación de Políticas Federalistas, con Meritxell Batet; Transparencia y ética empresarial, Silvina Bacigalupo; Pensiones, Magdalena Valerio; o Economía global, Ángel Ubide. Dentro de esta relación de disparates y ocurrencias recupera Igualdad para la polémica Carmen Montón y se inventa Sostenibilidad para Teresa Ribera. Creo que la simple enumeración de estas carteras, a las que se unen las más tradicionales, muestra la profunda desorientación de Sánchez y su equipo que están en una carrera de golpes de efecto que sólo producen una profunda sensación de tristeza ante el desconocimiento de la política y la organización de un Estado serio y eficaz.

El PSOE camina a la pasokización. Es decir, al desastre electoral como le sucedió al PSOK griego.