Operación Lezo

El «sinvivir»

La Razón
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En el PP ya están sobrepasados. Han vivido con anterioridad la sensación de cerco. Pero ahora el hartazgo ha superado todos los límites. Los populares llegaron a creerse que sus quebraderos de cabeza empezarían y terminarían en Murcia con la salida de Pedro Antonio Sánchez, e incluso se veían observando desde la barrera al PSOE con sus primarias y el «gamberrismo» político de Podemos paseado por España en el Tramabús. Pero el escenario volvió a torcerse con la «operación Lezo», obligándoles a impulsar la comisión de investigación sobre la financiación de sus siglas. La dirección popular estaba en la obligación de transmitir que no ponía cortapisas a iniciativas destinadas a escrutarles. «¿Qué pueden sacarnos más si hasta el gasto en unos chuches ha sido aireado en los sumarios?», preguntaba retóricamente un mandatario de Génova. En este clima, se han sucedido numerosos contactos entre populares y socialistas, deseosos de evitar shows innecesarios. Con todo, en el seno del PP llama la atención que la actualidad política-informativa se rija por reglas distintas. El escándalo del Canal puso sordina al listado de ex altos cargos del PSOE-A en el banquillo de los acusados por los ERE. Sin embargo, Cs usa las convulsiones de la corrupción para exprimir a los populares, comportamiento distinto al que muestra con el PSOE. Tras el pulso de Rivera a Rajoy hay casi medio millón de votantes que fluctúan.