UEFA

En nombre del hijo

La Razón
La RazónLa Razón

La época dorada del fútbol español, oculta tras la figura de Villar, en quien los más afines creyeron ver la reencarnación del «Rey Sol» y los más críticos a «Yo Claudio». Títulos continentales y mundiales en casi todas las categorías, y tres –un Mundial y dos Europeos de la Roja– en la cima de la creación. No hay derecho. No es justo que el baldón de un presidente presunto inocente oscurezca la gloria de una Selección.

Los líos empezaron a perseguirle según avanzó en sus mandatos y su figura crecía allende los Pirineos. Valorado en la FIFA y en la UEFA alcanzó el rango de vicepresidente en ambas instituciones y pasaba más de 200 días al año lejos del puente de mando de la Federación. Delegaba. Y el dejar los asuntos patrios en manos de otros le metió en tribunales. Ahí están las sospechas, y ahí está el todopoderoso vicepresidente económico Juan Padrón, su mano derecha durante años y años, detenido como él.

El poder desgasta, corrompe y no hace migas con la virtud, aseguran. No se puede limitar la inteligencia ni infravalorar la experiencia, pero sí es preciso recurrir a la limitación de mandatos cuando la satrapía es un síntoma. Cuidado entonces, porque una retirada a tiempo es una victoria. Pero, claro, además están los hijos, algunos empeñados en seguir la senda del padre..., por caminos poco o nada recomendables.

Villar ha abierto puertas a Gorka y en el nombre del hijo, según la UCO y el juez Pedraz, ha explorado veredas prohibidas. Lo va a pagar. Le han detenido. Le acusan, es reo, y en esa tesitura lo que se impone es su dimisión. El deporte español lo agradecerá.