Debate de investidura

¿Es necesario un cambio para que todo siga igual?

La Razón
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Sigue sin preguntarse el «por qué», mientras solo ataca al «quién». Tras la primera investidura, ha sido el mensaje cruzado entre algunos «barones» del PSOE, altamente decepcionados con el discurso de Pedro Sánchez. Nervioso, sin una sola oferta de gobierno y tan sólo obsesionado en sus ataques a Mariano Rajoy, el discurso del líder socialista dejó un sabor agridulce entre las federaciones más importantes del partido. «Como un penene de Facultad vieja». Así de crudo lo define un veterano dirigente regional, ajeno a todo ese circo de «claqué» y aplauso agradecido de los diputados en el Congreso que le deben su escaño y sus prebendas. Si mala fue su alocución contra Rajoy, mucho peor aún, según estos sectores, su tibieza frente a Podemos. «Se le nota que quiere ese gobierno ‘‘Frankestein”, y el daño que causa al partido está siendo enorme».

Con este lamento de haberle dejado llegar muy lejos, y la convicción profunda de que nada puede moverse hasta las próximas elecciones gallegas y vascas, el sentimiento entre los «halcones» territoriales del PSOE es como el de Giuseppe Lampedusa en su magistral obra «El Gatopardo»: «Hace falta cambiar algo para que todo siga igual». La clave radica en que ese cambio tan invocado por Pedro Sánchez ha llevado a un partido de gobierno a los más humillantes resultados de su historia. Nunca, ni en el peor baremo de Joaquín Almunia, el PSOE cayó tan bajo y, para colmo, sin atajar la latente amenaza de Podemos.

-¿Qué puede ahora cambiar tras la primera investidura fallida de Rajoy?

-De momento, parece que un «impasse» hasta las próximas elecciones vascas y gallegas, donde todas las encuestas pronostican un batacazo sin precedentes del PSOE. Según ha sabido este periódico, algunos «barones» como el asturiano Javier Fernández, el castellano-manchego Emiliano García-Page, el extremeño Guillermo Fernández-Vara y el aragonés Javier Lambán, han hablado para comentar este incipiente debate de investidura. Su mensaje, sobre todo hacia la andaluza Susana Díaz, es claro: «O reacción, o descalabro». La estrategia del «NO» calienta los sillones de Ferraz y enfría cada vez más las expectativas electorales del partido.

-¿Qué se puede plantear ahora?

-Esperar al 25 de septiembre, donde Sánchez se dará «la torta electoral definitiva», para solicitar desde un tercio de sus miembros, la Federación andaluza es suficiente, la convocatoria de un Comité Federal que abra un periodo de reflexión sobre el bloqueo institucional. El hartazgo de muchas federaciones del PSOE con Sánchez es enorme y el único problema es que nadie quiere cargar con el «marrón» en solitario. Sobre todo, ante la inminente fecha del Congreso federal del partido que debe elegir al nuevo Secretario General y la Ejecutiva.

-¿Aspira a esta tabla de salvación Pedro Sánchez?

-Sin duda, la única que tiene. Abrasado por unos resultados electorales nefastos, los peores en la historia del PSOE, Sánchez y su guardia pretoriana se agarran a un discurso «guerra-civilista» contra la derecha en un desesperado intento de frenar a Podemos, erigirse en el estandarte de la izquierda radical y arañarles unos cuantos votos. Es lo que algunos dirigentes de la «vieja guardia» llaman la estrategia de «la piraña». O sea, olvidar las esencias de la socialdemocracia para caer en una izquierda trasnochada, anacrónica, que arañe como ave rapaz los votos de Podemos y la extinta Izquierda Unida. En opinión de los sectores históricos del partido, sería «la tumba» del PSOE.

-¿Cuándo pueden mover ficha los «barones»?

-La conclusión es clara: tras el 25 de septiembre, fecha de las elecciones gallegas y vascas. «Que Pedro se estrelle y luego actuaremos», insisten con crudeza algunos líderes territoriales sabedores del batacazo que todas las encuestas auguran al PSOE en ambos territorios. Sin embargo, algunos movimientos tácticos están en marcha y el pánico a unas terceras generales en Navidad han encendido todas las alarmas. La trampa de Pablo Iglesias para arrastrar a Sánchez a un gobierno con toda la izquierda y los partidos separatistas puede acelerar últimos movimientos.

-¿Insistirá Pedro Sánchez en su cambio numantino?

-Sin duda, quiere a toda costa ser de nuevo candidato a la Secretaría General y aplastar cualquier ambición de Susana Diaz. Ese gobierno «draculesco» es lo que le pide el cuerpo, aunque tras la salvaje intervención del portavoz de ERC, Joan Tardá, y la irónica réplica que realizó a su intervención Mariano Rajoy, lo tiene muy difícil y es improbable que su partido se lo permita. El balance de esta primera jornada de investidura no se cimenta en los votos sino en el horizonte político, bajo aquella frase de «El gatopardo»: «cambiar todo para que nada cambie». De momento, el liderazgo de Sánchez sigue en el alero y el futuro de España, afortunadamente, en otras manos.