M. Hernández Sánchez-Barba

Esteban Echeverría

La Razón
La RazónLa Razón

Es la figura esencial del Romanticismo argentino. Nacido en Buenos Aires en 1805, murió en Montevideo en 1851. A los veinte años el sueño de Europa le llevó a Francia, donde tomó contacto con el pensamiento socialista romántico –Fourier y Saint Simon–, que dio a conocer con entusiasmo en Buenos Aires al regresar en 1830, junto con sus poemarios, «Elvira, o la novia del Plata» (1832), «Los Consuelos» (1843) y «Rimas» (1837); en este último se incluía su poema más famoso, «La Cautiva». Son, en realidad, la expresión de su adaptación al Romanticismo francés, Chateaubriand y Lamartine, prefiriéndolo al español, ya muy explícito a través del duque de Rivas y los primeros ensayos de Espronceda y de Zorrilla. Regresa en 1830 a Buenos Aires con el propósito de crear un grupo literario de fundamento francés y, desde luego, mostrar a sus compatriotas bonaerenses los secretos de la estética romántica francesa, así como los primeros reflejos del socialismo francés.

Por los años de su regreso, Buenos Aires atravesaba un profundo interregno político, cuando en plena organización nacional y el desconcierto político de la dictadura de Juan Manuel de Rosas aparece la obra de éste, cuyo título adoptado no puede ser más tremendo: «Tirano ungido por Dios para salvar a la Patria». Rosas era un estanciero destinado a la conversión de señor de vida y muerte de Argentina. Llega, pues, en muy mala ocasión para la siembra de ideas románticas francesas, cuando ya eran pasado inmediato los ecos lúgubres de la guillotina. Sí, en cambio, podía exaltar frente a la tiranía rosista el socialismo romántico de Saint-Simon y de Fourier, oponiendo los intereses del grupo a quien se ha erigido en árbitro incontestable de toda la nación; en otras palabras, convertir la literatura en expresión de los intereses pragmáticos e inmediatos del hombre social.

La situación del Buenos Aires rosista ha convertido 1830, «el treinta», en uno de los años críticos del proceso histórico argentino. El énfasis civilizador de Bernardino Rivadavia ha sido sofocado por la presión de Manuel Dorrego; Lavalle y José María Paz caen porque ha amanecido la hora de Juan Facundo Quiroga. Es entonces cuando un joven que regresa de Francia se anota en el libro de entradas del puerto bonaerense como «Esteban Echeverría, literato», cuando a la salida había firmado como «Esteban Echeverría, comerciante». La transformación profesional en Francia y el encuentro con Rosas y su grupo de represión denominado la «Mazorca». El joven Echeverría contesta con «La Cautiva», un caso antropológico convertido en la redención de la patria del terror rosista: las «Palabras simbólicas» marcan un ritmo vehemente de ¡Anatema! para quien traicione los principios del honor del patriotismo. Se funda así la Joven Argentina, más adelante denominada Asociación de Mayo, pues su principal espíritu es reivindicar el pensamiento de 1810. Esteban Echeverría redacta el «Código o Declaración de principios», que constituye los fundamentos de la República argentina, que no verá la luz pública hasta 1839 en un periódico de Montevideo. Pasó a la historia bajo el nombre de «Dogma Socialista», título en libro impreso en 1846.

«La Cautiva» es el más importante de sus poemas. Comienza con un bello canto al desierto, es decir, la pampa; una exaltación de la Naturaleza, románticamente lejana; con ello exalta la Nación; el argumento gira alrededor del amor del indio Brian hacia la cautiva blanca, María, donde queda expresado el tema romántico de la lejanía; en los protagonistas el tema de la libertad, el imposible amor de los dos personajes. En rigor, el romanticismo se extiende en un programa político; una fulgurante prédica de patriotismo que prendió el entusiasmo de la juventud adherida al mensaje político de Echeverría: «Mayo, Progreso, Democracia», al que se integraron los exiliados argentinos en Montevideo, donde finalmente también emigró Echeverría. Allí escribe poemas y contacta con Juan Bautista Alberdi dándole cuenta de la organización en Montevideo de una filial de la Asociación, para abrirla a la bandera democrática de mayo.