Pedro Narváez

Eurovisión

La Razón
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La oposición, ensimismada en las cábalas de las últimas encuestas, no ha leído bien el doble sentido del informe de la Unión Europea en el que le pone un pero de tres décimas al presupuesto que el Gobierno ha dejado cerradito. Por ahora es la única certeza del 20-D. Socialistas y la estudiantina que les acompaña se muestran felices, han cogido en un renuncio al empollón sin ver lo que la verdad esconde. Más que un memorando dedicado al actual Ejecutivo de España parece un aviso a los navegantes que quieren pasar el Rubicón como si fueran a la romería de la Virgen del Rocío que tan buen resultado da a Fátima Báñez. Un paseíto por la marisma. A los que piensan que Europa es Eurovisión, el festival de Maroto, y que vale con un bailongo para distraer a los comisarios económicos, les dice que, en caso de tocar poder, el presupuesto no es una carta a los Reyes Magos y que buena parte de lo que prometan se convertirá en carbón. Rentas mínimas, más gasto público, el edén sanitario y el cielo educativo en un país con más del 20 por ciento de paro es imposible de mantener. Así que vayan recogiendo sus bártulos y pidan un rescate a lo Garicano o las cuentas no cuadrarán no ya en el círculo morado sino en la naranja mecánica que va de liberal a golpe de chequera. Eso es lo que expresa en su lenguaje críptico la comisión, o así lo han querido entender algunos de los expertos que miran en Bruselas lo que otros no ven. Tras la enmienda a Rajoy está una moción de censura a los que en época preelectoral quieren hacer magia creyendo que la Sra Merkel no va a enterarse porque es Navidad. Aquí la única reforma constitucional que vale es la que prohíbe la ludopatía manirrota de los gobernantes. Todo lo demás es poesía matemática, frases amables, incluso bellas, que acabarán decepcionando al votante, como casi siempre, en el día después del desamor. Tras el compás bonito de Rivera me pregunto si está de acuerdo con una asignatura sobre memoria histórica en Andalucía, la comunidad con más paro juvenil de Europa. Buscando a Lorca desesperadamente en la Vega de los piononos y los recuerdos tristes. Esta ha sido una decepción preventiva. Una decepción de letras. Y como ésta vendrán otras por el 20-D, ante el que ya no cabe más ilusión que la de seguir vivos y que no nos echen de nuestro propio país. La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y las agencias de calificación nos piropearon por hacer bien los deberes y no encontraron apenas eco. Parecía que alguien se lo inventara o fuera una noticia fantasma que al propagarla te hacía cómplice de una cierta mentira pues para los periodistas que se bautizan a sí mismos como independientes los datos positivos no proporcionan una muesca en el cinturón.