El desafío independentista

Ferraz y el 155

La Razón
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Pedro Sánchez trabaja sobre varios escenarios, pero todos ellos apuntan a un simulacro de consulta y a una posterior declaración unilateral de independencia de Cataluña. En el entorno del secretario general del PSOE marcan en rojo tanto el 4 de octubre, por estar convocado un Pleno en el Parlament, como el día 6 para, según advierten, «cuadrar la Historia». Al fin y al cabo un día como aquel, pero de 1934, Lluís Companys proclamó el Estado catalán. El órdago duró 10 horas.

Ante una repetición de ese escenario, el recurso al artículo 155 de la Constitución se ve como inevitable en la sede de Ferraz. De ahí que hayan aparcado la oposición frontal a su aplicación, que antes del verano fue calificada por el portavoz de la Ejecutiva, Óscar Puente, como una medida «cruenta», y de la cual aseguró la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, que jamás la apoyarían. «Si en aquel entonces nos llegan a decir, por ejemplo, que Interior iba a tomar el control de los Mossos, no lo hubiéramos creído», justifican desde el PSOE.

Las discrepancias internas en la cúpula socialista sobre el cierre de filas con Mariano Rajoy se han ido diluyendo, hasta el punto de descartarse un giro anti-PP de Sánchez. Él mismo desechaba el martes tal posibilidad en su intervención en el Senado: «No vamos a entrar en ese bloque de decir que vamos a aislar al Gobierno para intentar no sé qué». Otros sectores del partido advierten asimismo de que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, podría lanzarse a una huida hacia adelante recurriendo al «ardor patriótico» de unas elecciones plebiscitarias, con la promesa de formular la ruptura con España en caso de lograr la mayoría. Ni que decir tiene que Oriol Junqueras y ERC se frotan las manos ante una convocatoria electoral.

Los costes de la enloquecida encrucijada separatista han dejado sin salidas al PDeCAT: o independencia o abismo. Quemadas las naves, la vuelta al redil de Puigdemont se antoja imposible. Eso se señala desde el PSOE: «Tratará de seguir adelante contra viento y marea, le van en el intento las alforjas de sus siglas». La preocupación va en aumento entre mandatarios socialistas, temerosos de que en los próximos días las coacciones y presiones sufridas por el PSC a manos de independentistas deriven en graves problemas de orden público. La tentación para la Generalitat de entregar la maquinaria del procés a «radicales callejeros» con estelada planea sobre Cataluña.