Historia

Alfonso Ussía

«Floraliën»

La Razón
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El presidente de la Generalidad de Cataluña, el Muy Honorable Puchdamón, ha rendido visita oficial a Flandes. Fue recibido por el presidente de la región, Geert Bourgeois, que tuvo el detalle y la amabilidad de llevarlo al puerto de Gante para mostrarle lo bien que amarran los barcos en su importante dársena. Pocos dirigentes mundiales han sido obsequiados con tan privilegiada invitación. Durante su recorrido por los muelles de Gante, un miembro del séquito advirtió una sombra fugaz en la superficie del agua. Se trataba de un jurel. Fue muy celebrada la visión del jurel y la conversación entre los dos líderes mundiales se animó repentinamente. –En el puerto de Barcelona también tenemos jureles–, comentó el ministro de Exteriores de la Generalidad, Raül Romeva. La diplomacia no está reñida con la realidad, y fue necesaria y oportuna la aclaración.

Finalizada la visita al puerto le fue revelada al Presidente de la Generalidad la gran sorpresa del viaje. Un recorrido por «Floraliën», la feria de las flores de Gante. En la puerta de entrada de «Floraliën» fue saludado por el director de la feria, Marcus Van Loos, y la subdirectora de la Sección de Tulipanes, Sabina Vanderlowen. Con posterioridad a los discursos protocolarios, pronunciados íntegramente en flamenco y catalán, la comitiva visitó los 453 puestos de «Floraliën», deteniéndose en los especializados en tulipanes, hortensias y rosas. En uno de estos últimos, el presidente de la Generalidad fue obsequiado con un ejemplar de la nueva rosa «Reina Guillermina», la gran novedad de la feria en la presente edición. Se trata de una rosa de tamaño medio de pétalos naranjas con una particularidad única. Su polen repele a las avispas y las abejas, lo cual no deja de tener su importancia. No se cumplió el objetivo de visitar los 453 puestos de la «Floraliën» porque en el 217 el señor Puchdamón le comentó a su ministro Romeva, organizador y responsable del viaje: «Raül, estic de las flors sins els collons», dando por finalizado el oficial recorrido.

En puertos y flores, el viaje oficial ha constituido un rotundo éxito. En lo que respecta a comisarios de la Unión Europea y gobernantes belgas, el resultado es mejorable. Las agendas de los comisarios europeos, rebosadas de citas y compromisos, no encontraron huecos para saludar al presidente de la Generalidad de Cataluña, aunque no se desestima que en el futuro alguien lo reciba. Se trabaja intensamente en ese proyecto y Romeva ha manifestado al respecto su moderado optimismo ante un acuerdo en un plazo no superior a los tres años, que es un plazo admisible en cualquier caso.

De «Floraliën», la delegación de Cataluña, se trasladó al aeropuerto, punto final de la visita oficial a Bélgica. En la Sala de Autoridades de Rango B, el presidente de la Generalidad improvisó ante los representantes de los medios de comunicación, la valoración del viaje: «El día que me proponga ver a un comisario europeo u otra autoridad, lo haremos, lo pediremos y lo conseguiremos». Una declaración de intenciones precisa, clara y contundente.

La anécdota del viaje –en todos los viajes oficiales surgen las anécdotas–, la protagonizó la rosa «Reina Guillermina» que le fue obsequiada durante su recorrido por la «Floraliën». La depositó en una mesa de la sala con anterioridad a sus declaraciones a los periodistas, y se le olvidó recogerla. Un despiste sin importancia pero a todas luces, chispeante.

Y el vuelo de retorno, estupendo y sin incidencias dignas de reseñar.