José María Marco

Hacer posible el centro

La Razón
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Mariano Rajoy ha abierto la campaña electoral de las elecciones autonómicas catalanas donde tenía que hacerlo, en Barcelona y al frente del Partido Popular. No se sabe con qué frecuencia va a intervenir Rajoy en la campaña, pero por lo visto y lo oído ayer, no extrañaría que fuera con intensidad y con generosidad. Rajoy, sin duda, tenía ganas de hablar y de explicarse ante los suyos y ante la opinión pública catalana. También se le vio con ganas de reivindicar su acción de estas últimas semanas. Es relevante que haya dado el paso antes que nadie. De por sí, y más aún si se tiene en cuenta la densidad del contenido y la firmeza del tono, el gesto indica la importancia que el presidente del Gobierno concede a las elecciones catalanas. También indica una nueva convicción en el Partido Popular, que rompe –esperemos que sea definitivamente– con esa idea de que Cataluña se gobierna desde el nacionalismo y que el nacionalismo representa el centro en las Comunidades Autónomas donde está implantado.

No es así. Rajoy, en Barcelona, ha dejado bien claro que los catalanes no nacionalistas tendrán a partir de ahora voz, además de voto, en los asuntos de la Generalitat, que son los de todos los catalanes y, en buena medida, los de todos los españoles. Se trata de una normalización de la vida catalana, que no deja ya ninguna duda de cuál es la naturaleza del nacionalismo. El presidente insistió, en esta perspectiva, que al nacionalismo se le han dado todas las oportunidades imaginables para cumplir y aplicar la legalidad. No se trataba sólo de cargarse de razón. Se trataba de apostar por la sensatez, por la legalidad, por el orden constitucional y la democracia.

Por eso también se convocan elecciones lo antes posible. No por maniobras tácticas, sino porque es la mejor manera de empezar a asentar otra vez la posibilidad de que la sociedad y la vida de Cataluña vuelvan a la ley: es decir al diálogo y a la voluntad de integración. No serán elecciones plebiscitarias ni chantajistas. Serán elecciones regladas, transparentes y el presidente del Gobierno ha cumplido con su deber al convocarlas. Se trata de dar voz a todos y, al reafirmar las instituciones catalanas, reafirmar también la presencia de España en Cataluña, que es tanto como abrir las puertas y las ventanas, reanudar con el pluralismo y asentar la realidad europea de Cataluña. Hacer posible el centro, en una palabra.