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Harry Potter

La Razón
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Estos días se cumplen 20 años de la publicación del primer libro de la saga de Harry Potter. Una historia que empezó a escribirse en una servilleta –o quizá sea parte de su propia leyenda–, después de una larga espera en una estación de tren y cuyo manuscrito fue rechazado por los principales editores británicos, exactamente, por 12 editoriales y sus correspondientes cartas con el consabido encabezamiento de «sentimos comunicarle...» . Dos décadas más tarde, y según las cifras hechas públicas, se han vendido 450 millones de libros, traducidos a 79 idiomas y su autora, J.K Rowling, que durante mucho tiempo tuvo que sobrevivir con un subsidio del Estado en un diminuto apartamento junto a su hija pequeña, puede presumir de ser una de las grandes fortunas que algunos valoran en más de 7.000 millones de dólares. Hay rechazos antológicos. Podríamos escribir una lista de grandes rechazos de la historia, algunos de ellos realizados con verdadera saña, y nos daríamos cuenta de la alta productividad que suelen provocar los rechazos, siempre que uno no deje vencerse por el miedo y rehúse convertir el no ajeno en el motor de su mayor logro. El fundador de la compañía Ford Motor, Henry Ford, siempre tenía un buen consejo ante cualquier tipo de rechazo: «Cuando todo parezca estar en tu contra, recuerda que los aviones despegan con el aire en contra, no a favor». Desconozco cuántas veces las ideas de Ford fueron rechazadas, despreciadas, cuántos las calificarían de locuras y cuánto lumbrera le recomendaría que volviera a reparar relojes como cuando tenía 14 años en la granja familiar, pero él seguía apasionándose con los motores y nunca dejó de hacerlo. Lo bueno, lo novedoso, lo diferente suele asustar en una sociedad donde la seguridad está sobrevalorada y mal administrada. Muchos de los grandes éxitos, y no solo editoriales sino en cualquier aspecto profesional y personal de la vida , han venido después de un largo peregrinaje de rechazos que hacen entender y valorar en su justa medida lo que es un triunfo. Que te rechacen algo puede ser el mejor pasaporte a la inmortalidad. Y a partir de ahí, surgirá la magia.