Alfonso Ussía

Herederos

Los herederos del abuelo de los Pujol Ferrusola se están riendo de la Comisión de Investigación del Parlamento de Cataluña. También a mí me está empezando a divertir la comedia, perfectamente argumentada y con una carpintería teatral más que estimable. Los Pujol están tratando a los parlamentarios catalanes como si fueran tontos, y han conseguido extender en la sociedad esa condición tan humillante. Los herederos se contradicen con plena seguridad, a sabiendas de que sus contradicciones no van a ser tenidas en cuenta por esa gente tan amable que se deja engañar con tanta facilidad. Se esperaba una actitud menos pactista de los portavoces del PP, PSC y Ciudadanos –«Ciutatans» según Floriano–, pero no han dado la talla. Los herederos del abuelo no son todos iguales. Los hay brillantes y con el cinismo estallado como Jordi, los hay hábiles en la retranca y los hay poco inteligentes. Los que conocen a la familia heredada afirman que Oriol es de estos últimos, y que sus padres eligieron para él la senda de la política porque era la única opción para asegurar su futuro. En mi opinión, el futuro lo tienen asegurado todos ellos, porque la herencia del abuelo se ha multiplicado por mil gracias a los buenos banqueros que hay en Andorra.

Resulta curiosa la lentitud de la Fiscalía y la comodidad de la Agencia Tributaria en este caso. Se contagia la sensación de una prudencia excesiva, dominada quizá, por el miedo a que Pujol se enfade de verdad y se suelte por la húmeda. Llevamos muchos meses con el escándalo a cuestas y todavía no ha pasado nada de nada. Bueno sí, ha pasado que los Pujol se están convirtiendo en unos cachondos mentales gracias a lo bien que se lo montan en el Parlamento de Cataluña, cuya Comisión de Investigación está presidida por un individuo con un aspecto nada tranquilizador. Falsa apariencia, porque se comporta con los Pujol con una amabilidad tan obsequiosa que parece un nieto más del que dejó la herencia.

Uno niega tal herencia. Otro reconoce que la administró. El tercero que la distribuyó entre sus hermanos a partes iguales. La cuarta que mantuvo su dinero en Andorra y lo declaró veintidós años más tarde. El quinto, que no hay herencia, coincidiendo con el primero. Al mayor, listísimo, le preguntaron por su colección de coches de alta gama y la procedencia del dinero necesario para adquirirlos. Respondió que el dinero era consecuencia de sus magníficos negocios y con gran serenidad y pitorreo informó a los parlamentarios, uno a uno, de las características de cada coche. A estas alturas de la aguda y certera investigación de los parlamentarios catalanes, se sabe mucho menos que al iniciarse las sesiones investigadoras. Es decir, que la presumible carencia intelectual de los investigadores ha menguado aún más gracias al lío que les están montando los herederos del abuelo Pujol.

No me parece justo ni misericordioso el método que están aplicando los Pujol para ridiculizar a los parlamentarios catalanes, especialmente a los de la verdadera oposición. Porque CDC, Unión Democrática, la Izquierda Republicana, el CUP del obsequioso y demás formaciones nacionalistas y separatistas, están dispuestos a creerse todo lo que digan los herederos del abuelo Pujol, entre otros motivos, porque de investigar de verdad, el sistema sufriría una herida en sus propias carnes.

Hasta el momento, los Pujol Ferrusola están ganando por goleada. Goles en fuera de juego, pero concedidos por el árbitro. Los Pujol Ferrusola se van a ir de rositas, y si lo pretenden, van a conseguir que el Parlamento se investigue a sí mismo. Porque los están volviendo locos. Y una preguntita final: ¿Repite Alicia Sánchez Camacho en el Partido Popular? Mera y pura curiosidad.