Marta Robles

Hombres de verdad

La Razón
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Conozco yo unos cuantos duros de película, de esos que parece que van a desenfundar el revólver y a acribillar a balazos al de enfrente, que se convierten en seres de mantequilla y babean de lo lindo cuando se les habla de sus cachorros. Los hijos, ay, nos dejan blandos a todos. Y en ese «todos» van las madres, claro, pero también los padres. Esos seres humanos que durante siglos se han mantenido apartados de los vástagos, como si acercarse a ellos les hiciera más débiles, y que ahora, en pleno siglo XXI, ya empiezan a reconocer que, igual que nosotras, se mueren por sus huesitos. Por eso quieren estar a su lado, alimentarlos, cambiarles los pañales, dormirlos, hacerles mimos y, en definitiva, ser igual de responsables que las madres. No son todos aún, desde luego. Ni tampoco todas, porque hay madres que todavía siguen negándose a compartir a sus bebes durante los primeros meses. Pero la corriente que nos lleva es la de padres y madres dispuestos a repartirse todo, baja de maternidad/paternidad incluída. Eso sí, por Dios, que se repartan la baja y no la compartan, que el padre también necesita sus ratos a solas con sus hijos y que, ni unos, ni otras necesitan «ayudante» para atender al bebé. Pero al tema: Los padres de ahora, esos hombres con toda la barba a los que se les cuelga la sonrisilla de la comisura de los labios cuando ven a sus hijos hacer una pompa de saliva, son, ya ven, los hombres de verdad. Esos que por fin andan emergiendo en nuestro tiempo y se hacen respetar. Para todos ellos, con amor, muchas felicidades en vuestro día, queridos papás.