Julián Cabrera

Humillados

La Razón
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Recordarán que en los últimos días del periodo parlamentario antes del parón vacacional, el muy joven dirigente de IU Alberto Garzón le regalaba al presidente Rajoy un libro de Keynes, «Las consecuencias de la paz» para establecer su particular paralelismo entre la humillante paz de Versalles y el «humillante» acuerdo de la UE hacia la Grecia de Tsipras. En el primer caso la consecuencia fue la llegada del nazismo a Alemania y en el segundo vaticinaba Garzón que puede ocurrir algo parecido en Grecia.

Es pura anécdota que sin embargo viene a abrirnos de par en par el que será argumentario general de gran parte de nuestra izquierda de cara a los comicios generales y ante la evidencia de que –le resulte o no– el Gobierno de Rajoy seguirá esgrimiendo cueste lo que cueste la realidad de la recuperación económica.

La misma izquierda que desde España jaleaba hace pocas semanas a los Tsipras y Varufakis y que se quedaba colgada de la brocha tras el baño de realidad del mes pasado, no duda en avisar sobre las consecuencias de no seguir admitiendo los «simpas» del díscolo de siempre. Supongo que Garzón habrá leído con detalle el libro que le regaló a Rajoy aunque ignoro si habrá hecho lo propio con otras muchas publicaciones de Keynes, algunas tan interesantes como la «teoría general del empleo» que arrojaría mucha luz al líder de IU a propósito de la tan criticada reforma laboral.

Sería bueno preguntarse, además de por las causas del nacimiento del nazismo en Europa, por las razones por las que lituanos, búlgaros, polacos, checos y otros muchos cumplidores de la actual UE acabaron sufriendo el yugo de décadas de dictadura y ahora son paganos del dislate de los dirigentes de Atenas. ¿Quiénes son los humillados?