Ely del Valle

Iglesias y el bipartidismo

No dice la verdad Pablo Iglesias cuando afirma que estamos en el principio del fin del bipartidismo y que hay que seguir trabajando para conseguirlo. Ahora ya son cuatro y no dos los partidos que tienen la facultad de decidir gobiernos: el PP y el PSOE en donde han conseguido una mayoría absoluta, y Podemos y Ciudadanos en el resto de los municipios y en prácticamente todas las comunidades. El bipartidismo ya no forma parte de nuestra realidad política.

Otra cosa es que a lo que se esté refiriendo de verdad es a acabar con el PP y con el PSOE, que no es lo mismo. Me extraña que un profesor de políticas, que conoce perfectamente la diferencia que hay entre una cosa y otra, no llame a las cosas por su nombre y opte por tergiversar a conciencia sus palabras para que se entienda algo que no es exactamente lo que está diciendo. La aspiración de Iglesias es la del «quítate tú para ponerme yo, y si de paso se quitan todos los demás y me dejan a mí solo, mejor». Su aparente aversión al bipartidismo es sólo al bipartidismo del PP–PSOE y desde luego no a un posible horizonte en el que sólo hubiera dos partidos y uno de ellos fuera Podemos. Esto no quiere decir que el sueño de Iglesias no sea legítimo. Se supone que la política es un juego en el que el objetivo es conseguir el mayor número de plazas. Lo que inquieta es esa ansia por laminar a los que él denomina viejos partidos señalándolos como si fueran apestados para convencernos de que lo que tenemos que hacer es enviarlos a una especie de Molokai político. Iglesias odia al PP y al PSOE porque envidia su poder, por eso cuando dice que hay que acabar con el bipartidismo lo dice convencido. Mucho mejor un unipartidismo. El suyo.