Rosetta Forner

Insatisfechas

La Razón
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Hay personas insatisfechas consigo mismas y/o con la vida. El insatisfecho suele arrepentirse de sus decisiones –como le sucede a la alcaldesa de Madrid-. ¿Cómo llega uno a sentir semejante insatisfacción y arrepentimiento? No analizando antes de tomar una decisión. Analizar, considerar los posibles escenarios y sus resultados, es de obligado cumplimiento si no queremos sentirnos llevados por el viento de la vida cual cometa sin voluntad. En consulta y en seminarios que imparto, invito a la gente a plantearse cuál podría ser el peor escenario posible. Y, dado este, ¿qué podría o debería hacerse? De haber sido coach de la edil madrileña, la hubiese hecho reflexionar seriamente acerca de (a) ‘pros y contras’ de relacionarse con los ‘morados’, y (b) las consecuencias que no quería para ella. La persona, que no reflexiona, anda escasa de ‘inteligencia emocional’, lo cual es terrible cuando ostenta un alto cargo en una empresa. Un directivo debe saber tomar decisiones, aceptar las consecuencias de las mismas –esto es válido para todos-, y buscar soluciones en lugar de lamentarse públicamente. La congruencia y la coherencia también son síntomas de inteligencia emocional. Puesto que una persona madura, psicológicamente hablando, da la cara por sus decisiones, y rectifica si es necesario. Nadie es pluscuamperfecto. Se dan casos, en los que, a pesar de considerar muchas variables antes de establecer una estrategia o de tomar una determinada decisión, algunas escaparon a nuestra consideración. No todas pueden preverse, incluso ni imaginarse. Empero, cuando uno es coherente asume la responsabilidad, y de forma asertiva pone remedio, por ejemplo, dejar el cargo. Si el Ayuntamiento de Madrid fuese una empresa, el consejo de administración debería dimitirla. Alguien que se arrepiente pero no dimite, o sea, que no es coherente ni consecuente no debería estar en el puesto de presidente o director general (alcalde en este caso). Deberíamos poder cesar –rescindirles el contrato- a nuestros políticos entre periodos electorales si se demuestra que nos son competentes –aptos- para su cargo. A mí tampoco me hace feliz tener este tipo de políticos.