Andalucía

Izquierda de chupete y tacatá

La Razón
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Así como de Mariano Rajoy dijo Felipe González que es «el único animal que avanza sin moverse», de Pablo Iglesias podría afirmarse lo contrario, es decir, que es el único animal que no avanza moviéndose. Son las cosas de esta nueva izquierda de chupete y tacatá. Tres años después de su fundación, Podemos ha vuelto al punto de partida. Renta básica para todos, dos huevos duros y tiro porque me toca. El Consejo Ciudadano del partido en Andalucía, su órgano rector, ya ha empezado a pespuntear el programa electoral con el que el partido concurrirá a las elecciones autonómicas. En Granada estuvo Teresa Rodríguez estrenando liderazgo, jaleando las conciencias y guiando los pasos de los suyos, quienes vuelven a debatirse, en efecto, entre la renta básica y el afianzamiento de «las raíces». Eppur si muove, ma non troppo. A Podemos le sobra agitación y le falta sosiego, le obsesiona el movimiento, aunque sea para que todo siga como al principio. O más atrás. Lampedusa en versión cangrejera. Y de ahí deriva el lío, que en manos de la última camada populista conduce ineludiblemente al pitote. Con el congreso a la vuelta de la esquina, en el seno podemita han descubierto algo: limitar el salario impide el advenimiento de profesionales competentes al partido, llegando a tal punto de revelación, ¡oh!, que el descubrimiento del Pacífico y el de la pólvora se antojan empresas nimias y del Antiguo Régimen. Al tercer año de vida, Podemos sigue siendo una criatura inocente y egoísta. Y no sólo no han aprendido nada de sus mayores de Izquierda Unida, a quienes denominan «domesticados» con desprecio, por prestarse sencillamente a llegar a acuerdos democráticos, sino que se arrogan la tarea de construir una sociedad que sólo existe en la literatura académica: el despotismo adánico.