Caso Auditorio

La aguantomaquia

La Razón
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La Ejecutiva nacional de Ciudadanos iba a decidir el lunes si autorizaba a sus representantes en Murcia a presentar una moción de censura «instrumental» contra Pedro Antonio Sánchez. Los cuatro diputados regionales de Ciudadanos –que no alcanzaban el 15% del total que requiere el reglamento de la cámara murciana para provocar esa votación– necesitaban el apoyo de tres representantes de otros partidos para sacar adelante la moción –su moción– de censura. Y estaba en esto el partido naranja cuando ayer mismo, y sin previo aviso, el PSOE presentó otra moción de censura –ni instrumental ni experimental– por su cuenta y los dejó planchados.

La diferencia entre la moción de censura –la instrumental de Ciudadanos– y la del PSOE es evidente. Por un lado, los trece diputados del PSOE no necesitaron el apoyo de ningún otro partido para presentarla y, por otro, al haberse adelantado, los socialistas fuerzan al partido de Albert Rivera a tomar la decisión de apoyarla o no. El PSOE la presenta para formar un gobierno –con Podemos y Ciudadanos– hasta las autonómicas de 2019, mientras que Ciudadanos solo la presentaba como primer paso para convocar elecciones autonómicas.

Pero los tiempos son los tiempos y el PSOE ha corrido más. Miguel Sánchez, portavoz de Ciudadanos en la región, había declarado el miércoles que habían pedido permiso a su Ejecutiva para presentarla pero que, en ningún caso, querían participar de un tripartito con el PSOE y con Podemos para sustituir en el Gobierno al PP. Y en esta dulce espera estaban cuando ayer mismo se llevaron la sorpresa. El portavoz de la gestora socialista, Mario Jiménez daba su conformidad a los socialistas murcianos e inmediatamente el representante en la región, Rafael González Tovar, registró la moción en la cámara autonómica, moción en la que él mismo se presentaba como candidato a la Presidencia del Gobierno autónomo forzando así a Ciudadanos a que le apoyen como presidente y a que, eventualmente, se integren en el gobierno de PSOE y Podemos. Toda una decisión que les ha pillado a los de Rivera con el pie cambiado. Ya no son ellos los que deciden en futuro de Murcia sino los que se suman a lo que han decidido otros.

Así las cosas, y aunque la defensa de la moción socialista no será hasta la primera semana de abril, Juan José Villegas, secretario general de Ciudadanos, ya adelantó ayer que no apoyarán la moción del PSOE salvo que sea para convocar elecciones. En cualquier caso, la reunión de Ciudadanos del próximo lunes se plantea en un escenario bien diferente. Los asesores de Rivera le llevan insistiendo durante las últimas semanas en que debe ir hasta el final en el enfrentamiento con el PP. La abstención de última hora en la convalidación del decreto ley que liberalizaba la estiba, o el posterior enfrentamiento a la Ley de Seguridad Ciudadana fueron manifestación de esta estrategia. Lo adelantó el propio Rivera en enero: «Hay que dar la batalla al PP y no solo pactar». Pero en el partido de Murcia les ha regateado el PSOE en un palmo de terreno y ahora su estrategia se complica.

Los únicos que lo tienen claro son los del PP, quienes por boca de su Coordinador Fernando Martínez Maillo tienen clara su posición: «Vamos a aguantar. Aguantar, aguantar y aguantar». Y ya sabemos que, en esta guerra de aguantomaquia quien tiene todas las de ganar es Rajoy. Y no solo por Murcia, sino porque lo que allí ocurra entre PP y Ciudadanos podría ser solo el aperitivo de otras muchas cosas, elecciones generales incluidas.