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La «E» del PSOE

La Razón
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Mea Culpa. Yo fui uno de los que hace dos meses, cuando Pedro Sánchez anunció que se presentaba a las primarias y que iba a recorrer España en coche, vaticiné rotundo que el defenestrado secretario general no sería capaz ni de sacar el utilitario del garaje. Me equivoqué de plano y nos hemos pasado 9 semanas leyendo crónicas sobre su éxito de público en cada mitin y tratando de entender encuestas que lo colocaban por las nubes en las preferencias de la desquiciada militancia socialista. Pues tengo la impresión de que todo eso se ha acabado y que al automóvil de Sánchez le han pinchado las ruedas, gripado el motor y mangado la gasolina.

La presentación en sociedad de Susana Díaz, este domingo, ha sido tan apabullante y amedrentadora que a su rival –Patxi López no cuenta nada en esta contienda– sólo le cabe la esperanza de que le dejen buscar un sitio al sol cuando el vodevil concluya a finales de junio. Sobre el papel, Felipe, Guerra, Zapatero, Rubalcaba Bono, Chacón, los 1.000 alcaldes, los diputados y los barones regionales –desde Ximo Puig hasta Fernández Vara– acudían al Pabellón de Ifema a arropar a la lideresa andaluza. En la práctica, además de eso y mucho más importante, es que se reunieron allí y se fotografiaron juntos para intentar salvar al PSOE y mandar el mensaje de que Sánchez no es uno de los suyos. Da igual que durante 799 días ejerciera de secretario general o que bastantes de los que se sentaban en primera fila lo respaldaran entonces. La política es un caleidoscopio y a todos los efectos Sánchez es visto por la nomenclatura como un advenedizo consumido por la ambición, cuya única propuesta conocida es formar coalición con Podemos para desbancar al PP. Con el inconveniente de que no gana elecciones, por lo que habría altas probabilidades de que al PSOE le correspondiera el papel de subordinado en ese apaño.

Hay quien deja caer que mucho han bajado nuestras exigencias para que una «aparatchik» como Susana nos parezca hoy la gran maravilla, pero no es con Felipe, Guerra o el propio Rubalcaba con quien hay que compararla, sino con Sánchez y ahí la «sultana» gana de calle.

No porque vaya a ganar a Mariano Rajoy las próximas elecciones, porque al PSOE le faltan muchos meses para volver a estar en condiciones de volver a sacar más de 120 diputados, sino porque no hará grandes tonterías y parece tener claro lo que significa la «E» de PSOE.