Historia

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La historia de nadie

La Razón
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La vida, a veces, se parece demasiado a los cuentos de Charles Dickens, y es cuando la realidad supera la ficción, como suele ser habitual. Les recomiendo el cuento dickesiano «La historia de nadie», verán cómo refleja la historia de todos (o de casi todos), la historia de la Humanidad, empeñada en «seguir muriendo y viviendo de igual forma», da igual los avisos de catástrofes que reciba. «He comenzado a comprender que la mayor parte de las calamidades provendrán de nosotros, como provino esta peste, y que nada se detendrá ante nuestras pobres puertas mientras no nos unamos a aquella gran familia para hacer las cosas que deben hacerse», decía la familia Bigwig. Léanla y ya me contarán.

Si hacemos caso de lo que nos dejó escrito el novelista inglés, nadie que haya aliviado el peso de sus semejantes habrá fracasado en ese mundo. En el mundo en el que vivimos, los baremos del éxito y del fracaso fluctúan más que los precios o los valores bursátiles. Hace unos días, cuatro colaboradores de la Fundación Vicente Ferrer perdieron la vida durante un viaje solidario en el sur de India. Se llamaban Vicente, Francisco, Nieves y Josefa. Viajaban para ayudar a los más necesitados y aprovechaban sus vacaciones para comprobar en persona lo que hacían a distancia el resto del año.

La muerte siempre duele. Pero cuando alguien pierde la vida para facilitar o salvar la de otros, el dolor se intensifica. Morir por ser solidarios es lo que suele convertir a los muertos en héroes, y su historia en la historia de alguien. Pero la solidaridad como el dolor, tiene tantas caras como circunstancias. Unas horas antes de conocer la muerte de estas cuatro personas, conocíamos otra noticia quizá de apariencia más frívola, pero que define bastante el éxito y el fracaso según Dickens. En la boda de Messi, los novios pidieron a sus invitados –la mayoría millonarios– que no les hicieran regalos, que mejor donaran el dinero a cualquier ONG. Eran 260 invitados, la cantidad donada ha sido de 9.500 euros, unos 36,5 euros por invitado. Suena a fracaso, propio y ajeno. Esta sí que es una historia de nadie.