Política

Carmen Enríquez

La voluntad de seguir

La voluntad de seguir
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No parece que las recientes renuncias de monarcas ocurridas en países tan dispares como el reino de Bélgica, el de los Países Bajos y el emirato de Qatar inquieten el ánimo o vayan a variar la hoja de ruta que se ha marcado el Rey para el futuro inmediato. La abdicación no parece formar parte de sus planes. Es una conclusión que se puede sacar fácilmente tras escuchar a los responsables del Palacio de la Zarzuela detallar las ganas y la ilusión del Jefe del Estado por volver a recuperar su agenda de trabajo de forma plena. No se trata de que, de repente, el Rey vaya a tener que ocupar sus jornadas con decenas de actividades para justificar que está en plena forma física. La recuperación de la operación de columna no ha finalizado aún, sino que tendrá que seguir dedicando parte de su jornada a ella durante varios meses en los que el Príncipe de Asturias continuará asumiendo buena parte de la labor de representación de la Corona. Pero lo que es de una certeza incuestionable es que la idea –o la tentación– de seguir el ejemplo de Holanda, Bélgica o Qatar queda, en estos momentos, fuera de la cabeza de Don Juan Carlos que, según sus recientes palabras, lo suyo no es asunto de padecer una enfermedad grave sino una cuestión de «tornillos». El dolor, que era antes de la operación una constante en el día a día del Rey, ha desaparecido. De ahí sus planes de retomar su agenda de viajes lo antes posible y también que haya recuperado su conocido optimismo vital. La inexorable remontada en las encuestas de la estimación por Don Juan Carlos y la preferencia clara de los españoles por la monarquía frente a la república también habrán contribuido a que el Rey crea que no es el momento de tirar la toalla sino de demostrar, una vez más, que su obligación es la de seguir al frente de la Jefatura del Estado.