Restringido

La voz del 22-N

La Razón
La RazónLa Razón

¿Oirá el presidente del Gobierno la voz del 22-N? ¿Atenderá la expresa petición de que promueva la derogación de la ley del aborto –esa que él aseguró que es inconstitucional–? ¡Ojalá! Es obvio que la respuesta o falta de respuesta (¿habrá mero desprecio silencioso?) tendrá trascendencia electoral en el futuro. Mientras esperamos la respuesta del Sr. Rajoy, la voz del 22N ya tiene efectos inmediatos.

La manifestación «Cada Vida Importa» demuestra que en la sociedad española hay energías espléndidas que habitualmente no afloran a los medios de comunicación. Más allá de la corrupción rampante, la frivolidad convertida en espectáculo y la miopía cobarde de ciertos líderes políticos movidos por intereses pequeñitos y egoístas, existen millones de personas como las que se dejaron ver ayer que son capaces de grandes ideales, de pensar en los demás y de comprometerse por mejorar la sociedad en que viven. Esta manifestación es signo eficaz de que hay razones para la esperanza.

El fruto inmediato de la manifestación es la presencia pública de una mayoría que acredita no estar dispuesta a acostumbrarse al drama del aborto legalizado y normalizado, una mayoría que ha sabido hacerse oír y ha demostrado una capacidad de movilización social que los gobernantes y los que aspiran a serlo debieran tener en cuenta, bien por sensatez democrática o bien, al menos, por cálculo electoral egoísta. La voz del 22-N es expresión de que en España hay condiciones idóneas para comenzar ya la reversión de la época del aborto banal, sumándose así nuestro país a lo que ya está sucediendo en otros países. Cabe suponer que este clamor de lo mejor de la sociedad española tenga reflejo en la representación social que encarnan los partidos políticos.

La voz de los manifestantes del 22N debe también servir para que las mujeres que viven entre nosotros sepan que –si tienen dificultades para ser madres– no están solas, que hay millones de conciudadanos a quienes sus problemas les importan y están disponibles para echarles una mano. Las embarazadas deben saber que –como se dijo ayer con fuerza– ¡no están solas! Mientras los gobiernos y las leyes las dejen solas, hay quien está a su disposición.

Esperemos que el Gobierno y todas las fuerzas políticas escuchen la voz del 22-N y hagan suyas las reivindicaciones de la manifestación. Queda un año de legislatura: la mayoría absoluta del PP aún tiene tiempo para derogar la ley vigente. Si así no fuese, el PP sufrirá una pérdida de votos importante y el mapa electoral español se reconfigurará.