Reforma constitucional

Larga y cordial

La Razón
La RazónLa Razón

Si hay alguien a quien beneficie más la entrevista de ayer es, evidentemente a la parte más débil, es decir, al líder del PSOE, Pedro Sánchez. Pero Mariano Rajoy necesitaba también de una entrevista normal con el líder socialista. Normal quiere decir también larga, no aquellos veinte minutos que sonaron tan mal en la última ocasión.

Las dos horas y media del encuentro de ayer y las formas correctas: Rajoy acudió a recibirle, se dieron las manos –recuerden la anterior «cobra»–, incluso sonrieron; sirvieron para oficializar una nueva imagen de los dos líderes en la presente legislatura. Y no sólo por las formas, sino también por el fondo, que eso fue lo más importante.

La «coincidencia sustancial en lo fundamental» que señaló con posterioridad el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, se refería a la no celebración del referéndum ilegal de independencia de Cataluña. Esa era la noticia y la razón del encuentro. Y sobre ella no hubo dudas. Es verdad que luego Margarita Robles, pidió «vías de diálogo» y «medidas activas» o incluso –caso de no haber avances– la presentación de hipotéticas iniciativas legislativas de los socialistas en el Congreso de los Diputados. Pero, tal como están las cosas, esas discrepancias son lo mínimo que puede gastarse este Partido Socialista: una discrepancia, por lo demás, en lo accidental.

Es verdad que también hablaron del pacto antiyahista, del acuerdo Gobierno-sindicatos para subir los salarios, del Brexit, de la situación en Siria, Libia y Venezuela, de la lucha contra el cambio climático, de la violencia de género o la renovación del Defensor del Pueblo o del consejo de RTVE... pero el tema no era ese. Era vender unidad del Gobierno y oposición de cara al reto secesionista catalán.

Por eso en Moncloa están contentos. Méndez de Vigo incluso señaló que «a partir de ahora la comunicación entre ambos será absolutamente fluida». Y Margarita Robles también reconoció la decisión de Sánchez de mantener un contacto permanente sobre este asunto: «El Gobierno siempre va a encontrar al PSOE en la defensa de la legalidad y de la Constitución, pero es imprescindible buscar vías de diálogo».

Es una buena noticia el encuentro de ayer. Y lo que se dijo después. Sánchez necesita empezar a parecer un hombre de Estado después de tanta disfunción en su partido. Necesita tener algunas ideas que defiende. Y parece que la unidad de España –parece– va a ser una de ellas.