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Las aguas vuelven a su cauce

La Razón
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No se emocionen, no voy a escribir sobre el tema innombrable. Al menos hasta la semana que viene. Vamos como los políticos, ya conocen la anécdota del Conde de Romanones. Nunca aceptaré ese acuerdo, al menos hoy, mañana no podemos saber lo que nos tiene reservado Dios. Pues eso, me refiero a la portada de «¡Hola!», en la que lucen dos jóvenes guapos, famosos y con clase: Ana Boyer y Fernando Verdasco. Y salen para algo hermoso y que es la esencia de la revista: anuncia su boda. El novio nos cuenta: «Llevaba tiempo queriendo pedírselo, ese día me levante y sentí que era el momento». Ana : «Estábamos de viaje en la playa y una mañana Fernando me lo pidió dándome un anillo». No podía ser de otra forma , ellos viajan y siempre aterrizan en playas paradisiacas, solitarias, de aguas turquesas, de arenas rubias como la cerveza, con la piel erizada, cómo no se va uno a lanzar anillo en ristre a pedir una boda que, aunque ellos quisieran que fuese sencilla y discreta, será como tiene que ser: la boda del año, con «¡Hola!» difundiéndola por el mundo, y no menos de 300 invitados. Hay que entender que esta pareja forma parte de la nueva realeza del corazón. La familia ya conocía el próximo acontecimiento, por eso mamá Isabel llegaba al Teatro Real con cara de «no se puede ser más feliz»; y Tamara se ha quedado hecha un lápiz después de hacer un régimen que consiste en ayunar 9 días. Así cualquiera, pero ella quiere estar estupenda en la boda de su hermana. Con suerte, es ella la que recibe el ramo de novia de Ana. A ver si se cumple en este caso que las flores de una recién casada te llevan a una boda, porque, Tamara, el tiempo pasa y, como canta la Pantoja, el tiempo no perdona y se puede convertir en cruel enemigo.

Titulaba «Las aguas vuelven a su cauce» porque la anterior semana recordarán que era la reina Campanario la que protagonizaba portada. Personajes como éste son para la citada publicación algo parecido a lo que es la CUP para la política catalana, una especie de antisistema en la vida de la jet set, dicho con todo el respeto a María José. Ya se sabe que esto del respeto se escribe antes o después de dar el sartenazo .

Eva González viene en todas la revistas en la presentación de la nueva temporada de «Master Chef VIP». Bellísima y dando otra lección de comportamiento exquisito, contestó a todos los medios y habló de todo. Esta pareja el dinero lo gana trabajando. No hace el gran negocio con el embarazo, cuestión que sería legítima, pero los buenos ejemplos son muy necesarios y más en estos caminos. En «Lecturas» la portada es para Rocío Carrasco, con un rocambolesco titular: «El gran negocio de Rocío Carrasco». Cuando lean la información verán que no tienen mucho sentido los datos que aportan. Les confieso que me preocupa la deriva que ha puesto a su vida la pareja compuesta por Fidel y Rocío. Conozco y quiero a la Carrasco de toda la vida. Cierto es que hace mucho tiempo que no tengo contacto con ellos. La última vez fue ella la que me llamó para invitarme a la presentación del sello que Correos dedicó a su madre. Yo adoraba a Jurado la grande, la diva, la artista y amaba a Rocío, la niña de Chipiona asomada a la bahía, que escribió el poeta, porque cuando la magnífica estrella se bajaba del escenario se convertía en una muchacha chipionera. Me fue imposible asistir. Desde entonces la comunicación se rompió. Yo sólo le quisiera decir que, por muchas razones que tenga, romper todo lo que te ata a tu sangre es un sacrificio terrible que se termina volviendo contra uno, más siendo hija de una gran mujer, que ponía a todos los suyos por delante de ella, que cuando muchos decían «la pobre Rocío no se entera de esto o de aquello», claro que se enteraba, pero todo lo olvidaba , aunque le costara sangre, porque su familia estaba por encima de todo.

Sólo recordarles que las revistas son para los domingos, así es que disfrútenlas.