Crisis del PSOE

Las migas y la gamba blanca

La Razón
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Quién sabe si harta de metáforas ferroviarias, toma de verdad esta semana un tren hacia Madrid, donde acude a realizar tareas de promoción a pecho descubierto. Pero no de lo que se imaginan. Susana Díaz acude a Fitur, el gran bazar del turismo mundial, y es siginificativo que su acto estrella de hoy sea una comparecencia con Emiliano García-Page, barón socialista manchego que traspasará de Toledo a Huelva la Capitalidad Gastronómica y, tal vez, ungirá con su apoyo a la precandidata a esa Secretaría general que pretende Patxi López. Si una circunstancia es descartable en la confección de la agenda de los políticos es la casualidad, de modo que esta comparecencia conjunta será la toma de posiciones del frente socialista meridional, el que gobierna pero también el menos exportable. Está por ver ahora si Fernández Vara se deja llevar por criterios de fidelidad geográfica o mantiene su añeja obediencia rubalcabista porque, a estas alturas, no cabe duda de que es Alfredo Pérez quien mece la cuna de la candidatura del ex lendakari. De Extremadura y de la opinión del veleidoso Ximo Puig dependerá que Díaz sienta apetencia por concurrir a un proceso que le gusta menos que un chuletón a un vegano, sobre todo porque es dudosa su victoria en las primarias, vale, pero la que se da por segura es la galleta monumental del PSOE en el próximo ciclo electoral. Y sus demoscópicos de guardia la han advertido de que con ella al frente, al Norte de Despeñaperros, la cosa pinta más negra todavía. Así que igual, otra vez, se monta hoy en el AVE por el mero placer de desembarcar en Atocha con su séquito imperial y perorar en Ifema sobre el turismo, que es el único valor incuestionable de una región en la que ni siquiera están ya garantizados los resultados electorales.