Irene Villa

Llenarnos de amor

La Razón
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Casi una semana después, seguimos consternados, conmocionados, incrédulos. Pero no podemos dejarnos abatir. Necesitamos unirnos contra el odio. Lo necesitamos especialmente quienes hemos visto vulnerados nuestros derechos humanos. Necesitamos que no haya más víctimas. Ése ha sido siempre nuestro consuelo. Memoria, dignidad y justicia para no olvidar lo inolvidable, pero también para que no haya más asesinados. Para poder seguir viviendo en sociedad y desechar los deseos de venganza, en el caso de que irrumpan con toda su fuerza y negatividad. Mi admirado Álex Rovira afirma que sólo la sociedad civil puede desarrollar la libertad, la igualdad y la fraternidad si mantiene la confianza en estos valores y se genera, desde lo individual hacia lo colectivo, un contagio de esperanza, dignidad, consciencia y amor.

De ahí el compromiso de todos y cada uno de nosotros de hacer que el miedo desaparezca dejando paso al motor del mundo: el amor. Entre los múltiples beneficios del amor, está su capacidad de ahuyentar el miedo. Por eso hoy más que nunca necesitamos llenarnos de amor. Para impedir que el odio se instale dentro de nosotros y nos machaque también interiormente, para impedir que esos fanáticos nos contagien eso que les carcome. Sabíamos que estamos bajo la amenaza de Estado Islámico, y que su crueldad no conoce límites, ni compasión. Por ello se aprobó a principios de este año un nuevo pacto antiterrorista, el cuarto firmado por populares y socialistas en casi 30 años y firmado por Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en La Moncloa. Más que oportuno es imprescindible para que nuestras Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado puedan ayudar a Francia a vencer a los yihadistas, como Francia nos ayudó contra el terrorismo etarra. Ante decapitaciones, quemar vivos a sus prisioneros, asesinar a niños si consideran que han violado «la ley islámica»... son muchos más los que aplauden la pena permanente, con carácter excepcional y revisable. No se puede vivir con miedo y menos porque grupos terroristas así lo decidan y así lo impongan. Seguiremos demostrando que el odio nunca vencerá.