Lo que el pacto esconde

El PSOE es hoy un barco hundido. No es una opinión. Es la conclusión del informe sobre la democracia en España elaborado por la Fundación Alternativas, nada sospechosa de veleidades liberales o conservadoras. La intención de voto declarada al PSOE es inferior al 15 por ciento. Hay que remontarse a la Alianza Popular de Antonio Hernández Mancha para encontrar una cifra tan baja en una de las dos grandes formaciones nacionales. El desgaste del PP en la gestión de la crisis no está siendo capitalizado por el todavía principal partido de la oposición, que sigue desplomándose en las encuestas con su estrategia del no a todo. Sobre esta realidad dramática para los intereses del socialismo hay que interpretar la disposición de Rubalcaba al pacto con Rajoy en la ofensiva del Gobierno de para arrancar de Europa un giro en las políticas de austeridad. Rubalcaba hace de la necesidad virtud. Marketing. Poco más. Porque el pacto tiene una eficacia irrelevante más allá del efecto alucinógeno que provoque en una sociedad hastiada de que nunca haya espacio para el entendimiento. Ante Angela Merkel, la alianza que cuenta es la que Rajoy ha trenzado con François Hollande y Enrico Letta. Ahí Rubalcaba es irrelevante. Y nada indica que los socialistas esté dispuesto a transitar por la senda del compromiso (reformas de las pensiones y la educación, por ejemplo) cuando la recompensa no sea una foto sacando pecho ante el ogro de Merkel, ahora que Rajoy también asume que el crecimiento económico pasa por el impulso de nuevas políticas de gasto público.