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Lo que puede venir

La Razón
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La alcaldesa de Madrid y Podemos no desaprovechan ocasión para imponer su pensamiento único y su criterio, como siempre es característico en la izquierda: engañando a los ciudadanos, vulnerando la libertad de los demás, y con esa demagogia en su forma de actuar a la hora de tomar decisiones –presuntamente muy transparente–, y «consultando» a los ciudadanos.

Tan pronto como surgen cuestiones que se apartan de lo que ellos piensan, se acaba la libertad, la transparencia y la consulta a los ciudadanos, y aparece la auténtica realidad de la forma de pensar y de actuar de estos señores: el ordeno y mando y el engaño.

En plena borrachera de páginas web para consultar a los ciudadanos. En plena demagogia de que nada se decidirá sin contar con ellos, todos los días nos desayunamos con cuestiones que muestran la realidad de sus compromisos y convicciones, y lo que de verdad se esconde detrás de ellos.

Sin consultar con nadie –ni siquiera a los ciudadanos más afectados–, y sin explicar las ventajas y los perjuicios, han decidido que el derecho a la movilidad de los madrileños y la libertad de elegir el sistema de transporte que quieran no exista, al impedir el tráfico en algunas zonas y días que ellos previa y unilateralmente han determinado. Simplemente, como son partidarios del transporte público y contrarios al transporte privado –no se sabe por qué, sólo es de ricos–, cortan y prohíben la circulación a su antojo, sin valorar los perjuicios y daños que ocasionan a la mayoría de los ciudadanos y sin consultarles, no vaya a ser que no estén de acuerdo y tengan que imponérselo dejando en evidencia la falacia de sus planteamientos.

De la misma manera, acaban de anunciar que no aportarán la ayuda de 61.000€ euros a la Escuela de Tauromaquia porque tienen otras prioridades para esa gran cantidad de dinero. La alcaldesa anunció unos días antes que «no suprimirían» los toros, pero inmediatamente después se cargó la ayuda. Y para que no hubiera duda, su concejal de Cultura aclaró que no podían consentir el maltrato animal.

Conviene recordar a la alcaldesa que ella carece de competencias para suprimir los toros, pero sí la tiene para dificultar que éstos se celebren. Y no han tardado un minuto en asomar sus verdaderas intenciones y su modo de actuar: «Todo aquello con lo que no estamos de acuerdo no se hace. Y todo aquello que queramos hacer, lo hacemos sin necesidad de consultar, por que para eso gobernamos», aunque no hayan sido la opción más votada y no tengan mayoría.

En este asunto conviene escuchar las declaraciones del maestro Joselito, codirector de la Escuela y gran figura del toreo –forjado allí como matador y sobre todo como persona–, sobre la decisión dictatorial, cínica y mentirosa de la alcaldesa y su equipo.

La importancia de estos ejemplos, junto a la ocurrencia de poner a cooperativas de mamás a limpiar los colegios, a los jóvenes a barrer las calles,... no está sólo en ellos mismos, sino en que ponen de manifiesto el verdadero modo de pensar, de actuar, de gestionar y de engañar a los ciudadanos de estos movimientos populistas, detrás de los cuales está la radicalidad más absoluta, la imposición del pensamiento único, la negación de las libertades y la exclusión del que no piensa como ellos, aunque sean en muchas ocasiones muchos más que ellos.

Así, bajo la apariencia de un movimiento participativo, abierto, transparente, preocupado por los ciudadanos, se esconde la izquierda más rancia y trasnochada, demagógica y mentirosa, que ha llevado siempre al atraso de la sociedad y a la pérdida de libertades para la mayoría de los ciudadanos.

Ante lo que nos jugamos en los próximos meses, los ciudadanos no se deben dejar engañar por estos falsos profetas. La historia y el mundo que nos rodea está lleno de ejemplos de los terribles resultados de estas políticas y de estos movimientos.

Es verdad que no es fácil encontrar en las distintas opciones políticas que hoy tenemos proyectos ilusionantes que nos estimulen de cara al futuro. Pero no podemos ni dejarnos arrastrar ni consentir que se impongan opciones que ya vemos cómo actúan y adónde nos llevan bajo esas falsas apariencias de transparencia y «cercanía» a los ciudadanos. Los hechos, cada día, así lo ponen de manifiesto. No podremos alegar luego que nos engañaron.