Pactos electorales

Los dos Riveras

La Razón
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Hay dos almas en los políticos de Ciudadanos: la que quiere pactar con el PSOE y la que prefiere pactar con el PP. Por ideología y principios, parecería más lógico que abundaran los que son partidarios de pactar con los populares, pero ya vimos tras las anteriores elecciones cómo terminaron firmando un programa de gobierno con Sánchez. ¿Estrategia? ¿Postureo de cara a unas nuevas elecciones? Podía haberles salido bien, pero les salió fatal: fueron el partido que más votos perdió –casi 400.000– a pesar de que consiguió quitar al PSOE más de cien mil. Es decir, que lo que ganó por un lado lo perdió triplicado por el otro.

Comprendo las dos almas de C’s o de Albert Rivera. Dos almas equidistantes que se mueven del centro derecha al centro izquierda: como el viejo partido liberal alemán. Sin embargo, ese juego de equidistancias implica peligros graves que pueden llevar a la desaparición de un partido, como sucedió en el caso alemán. Y ¿cuándo fueron fuertes los liberales?

Pues cuando se comprometieron en las tareas de gobierno, bien con los socialdemócratas o con los cristianodemócratas. Una de las cabezas visibles de aquel alma oscilante fue Hans-Dietrich Genscher, ministro de Asuntos Exteriores de la RFA entre 1974 y 1992: todo un récord. Y lo fue porque gobernaba, porque asumió que su partido debía involucrarse en los destinos de Alemania. Es lo que debe hacer ahora C’s . Tiene una oportunidad histórica. Al PP también le vendría bien su presencia y estímulo. ¿Y dónde está la duda? En el alma socialista, que quizá por tener algo de socialista sigue sin darse cuenta de que la gobernabilidad de España siempre estará por encima de los intereses de un partido, de sus dirigentes o de su líder. Podrán criticar a Rajoy, a sus compañeros, sus políticas... Pero lo que nadie entendería hoy es que sigan mirándose el ombligo. Tampoco se lo pueden permitir con los resultados que han tenido.