Irene Villa

Los otros

La Razón
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Están siendo bochornosos tanto los actos ilegales a favor de la independencia de Cataluña como que la respuesta legal se tome como «un asedio a Cataluña». Que haya quien se sientan por encima de la ley, quien se enfrente a lo estipulado, quien se salte las leyes a su antojo, hace pensar al resto de la sociedad que el mundo está al revés. El desafío independentista no cuenta con las consecuencias, primero de la consecución de pasos ilegales que se están llevando a cabo, pero tampoco cuenta con que, si consiguieron sus objetivos, las condiciones de sus ciudadanos, empresas, instituciones... serían nefastas. Mientras que algunos continúan empeñados en dividir a la sociedad, con la bandera del totalitarismo, crear muros en lugar de puentes, enfrentamientos en lugar de concordia, odio en lugar de amor, constituyendo así un problema no solo para España sino también para Europa, el presidente del Parlamento Europeo ya declaró que cualquier región del estado miembro que se independice, aunque lo haga de una forma legal (que no es el caso), quedaría automáticamente fuera de la Unión Europea. Europa entiende el ataque a la Constitución y a la democracia española como un ataque frontal a la Unión Europea. Por eso no es de extrañar que los enemigos de Europa, populistas, nacionalistas, totalitarios, xenófobos, antisistema (únicos apoyos que encuentran los deseosos de la secesión) no quieran respetar el marco legal de la comunidad de valores que representa Europa. Los dirigentes que están agitando el árbol y creando una necesidad obsesiva llenando de odio a sus conciudadanos tienen que responder ante la justicia. Si hay unas leyes es para que se cumplan y la decisión del Tribunal Constitucional tiene que ser respetada. Los que sí lo hacen, se consideran tranquilos, tolerantes, trabajadores, pacíficos, discretos... creen en la familia, en el esfuerzo personal y no en la donación y subvención para conseguir las cosas. Como «los otros catalanes» afirman, aman la paz y la libertad y aborrecen la corrupción, la violencia, el abuso de poder, la manipulación y la mentira.